{{title}}
{{buttonText}}

Alaró

La Mallorca sosegada

Compartir

Un buen plan para arrancar el día en Alaró sería empezar con un desayuno tranquilo pero contundente, tal vez un pan untado con mermelada artesanal o aceite de oliva de alguna cooperativa de la zona; de postre, quizá una  naranja, de esas que solo encuentras en esta isla. Luego, si es sábado, podemos aprovechar para acercarnos hasta el mercado semanal. Sus puestos de frutas y artesanía, tan coloridos, son un espectáculo por sí mismos que bien valen la visita aunque no se compre nada. Después puede venir un paseo por los alrededores del ayuntamiento y la iglesia del siglo XVII, con su cruz gótica. O quizás acercarse hasta el típico barrio de Ses Rotes. O, si hay ganas, una caminata hasta los pies de las montañas gemelas, esa estampa de postal que enmarca la silueta del pueblo.

Estás en Alaró, a los pies de la sierra Tramuntana, en Mallorca. Una Mallorca distinta, a 20 minutos de Palma pero totalmente al margen de playas y correrías nocturnas. Una Mallorca sosegada que se disfruta a base de turismo rural, gastronomía y excursiones a pie o en bici. Según las ganas de ejercicio que se tengan, Alaró ofrece una amplia variedad de alternativas: desde el simple paseo entre típicas calles empedradas a cualquiera de los itinerarios que aprovechan su entorno montañoso, uno de los más bellos y con las mejores rutas del interior de la isla.

Y entre tantas opciones, una obligatoria: subir al castillo de Alaró, una antigua fortaleza en lo alto de una montaña disputada durante siglos por cristianos y musulmanes. Además de mil y una historias de asedios y batallas, guarda otra sorpresa: unas impresionantes vistas de la isla, que alcanzan incluso hasta la bahía de Palma. Saca tu móvil, retrata el momento pero, al desbloquearlo, no mires el reloj. Aquí todo es mejor sin prisas.

Contacto