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Alcover

Aires renacentistas en el Camp de Tarragona

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En el interior del Camp de Tarragona se encuentra esta bonita localidad que, tras su recinto amurallado, esconde un interesante patrimonio medieval, renacentista y modernista. Tras cruzar una de las tres puertas de la muralla (siglo XIII) se penetra en un laberinto de callejuelas que llevan a la Plaça Nova con sus laterales porticados y algunas casas de fachadas imponentes del siglo XVI. Aquí es donde hay que tomar el pulso a la vida de Alcover, a su historia y patrimonio para seguir callejeando por vías con nombres tan descriptivos como la Calle de la India, en recuerdo a un antiguo indiano que volvió de hacer las Américas casado con una indígena y que en su honor construyó Ca la Senyora Gran, un bello edificio que, junto a Ca Ballester, integran su legado. La piedra rojiza de las ruinas de la Iglesia Vella recuerda los estragos que la Guerra Civil causó en estas tierras; la memoria lejana llega de la mano de la Iglesia de Sant Miquel, románica, la más antigua del pueblo y, extramuros, la Iglesia Nova, de fachada renacentista. Uno de los edificios más emblemáticos de Alcover es Ca Batistó, hoy sede de un museo que alberga una interesantísima colección de fósiles marinos hallados en los alrededores y en las cercanas montañas de Prades. La planta baja se ha rehabilitado y se han reconstruido varios ambientes que muestran cómo se vivía en esta casa burguesa a principios del siglo XX. Tres de las actividades imprescindibles en Alcover están ligadas a la tierra y a su historia. Cada segundo fin de semana de octubre se celebra la Fiesta de los Bandoleros, en la que la población viaja hasta la Cataluña del siglo XVII. La Casa de la Mel, con cursos, actividades y exposiciones, y la visita a la fábrica de cerveza artesana Rosita son dos otras interesantes propuestas de este municipio.

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