Esta torre de vigilancia, situada en la cima de la montaña de Sant Sebastià, fue construida alrededor del año 1440 para controlar las posibles incursiones piratas en la costa. En la planta baja se situó la capilla de Sant Sebastià. El ermitaño que vivía allí advertía del peligro con fuego durante la noche y ahumadas y toques de campana de día.
Cuenta con tres plantas y azotea, además de matacán, almenas y aspilleras. La planta es rectangular pero termina en semicírculo en el lado este, el lugar destinado al altar.
Comentarios