Texto: ANA CAÑIL | Fotos: ALFREDO CÁLIZ
Torla en invierno, mucho más que la puerta al Valle de Ordesa (Huesca)
Las hazañas de Roldán, los cátaros y los hospitalarios en el último pueblo de la frontera


Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido de Tella-Sin
El Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido está ubicado en el Pirineo oscense, íntegramente en la comarca del Sobrarbe. Ocupa una extensión de 15.608 hectáreas, y su cota más elevada viene dada por Monte Perdido, con 3.555 metros de altura. Presenta un abrupto relive con montañas, cañones, gargantas, y valles recorridos por cursos de agua. El material que forma este escarpado paisaje es la roca caliza.Es un paisaje de grandes contrastes: la extrema aridez de las zonas altas, donde el agua de lluvia y deshielo se filtra por grietas y sumideros, contrasta con los verdes valles cubiertos por bosques y prados, donde el agua forma cascadas y atraviesa cañones y barrancos. La necesidad de proteger la integridad de la gea, fauna, flora, aguas, atmósfera y, en definitiva, el conjunto de ecosistemas del macizo montañoso de Monte Perdido, conllevó la ampliación del primigenio espacio protegido.Se dan en este lugar hayas, abetos, acebos, tejos, avellanos y boj, en las laderas; sauces, frenos, tilos, abedules, y avellanos, en las zonas de ribera; pinos silvestres, que es la vegetación más representativa del parque, y que se ven sustituidos por pino negral junto a arándano, y rododrendo, en zonas más altas; en las partes de mayor altitud del lugar, se desarrolla pradera con alguna especie flora.El espacio natural de Ordesa y Monte Perdido fue declarado Parque Nacional en el año 1918. Todo ello forma parte de la Reserva de la Biosfera de Ordesa-Viñamala, y junto con los circos glaciares de la vertiente francesa de los Pirineos, ha sido declarado como Patrimonio Mundial de la Humanidad por la Unesco.
Te puede interesar...

El Sobrarbe: un viaje entre dólmenes, pueblos medievales y marionetas
Rodar por el Sobrarbe es una auténtica gozada. Esta comarca del norte de Aragón, salpicada de dólmenes, pueblos medievales, buenos vinos, paisajes impresionantes ¡e incluso marionetas!, es una aventura mágica para todo motorista. Para empezar, aquí tienes tres itinerarios.

No solo de nieve vive el Valle de Tena
Historia, geología, botánica, gastronomía y fiestas populares se mezclan con olores y colores de verano que no percibiríamos si el valle estuviera nevado. Enclavado en el Pirineo oscense, este paraje muta su blanco más característico en verde por estas fechas, lo que invita a caminar al visitante y conocer sus rincones ocultos por la nieve la mayor parte del año.
Fecha de actualización: 19 de diciembre de 2017
Comentarios