En el corazón de Barcelona, Nectari no solo es un referente gastronómico, sino también un ejemplo de cómo la hostelería puede ser un motor de cambio social. Jordi Esteve, chef y propietario, ha convertido su restaurante en el primer espacio Autism Friendly de Cataluña, demostrando que la gastronomía puede ser inclusiva y transformadora.
El inicio de un Proyecto Transformador
Todo comenzó con una charla. Jordi asistió a una formación impartida por Alberto Gutiérrez Pozuelo, presidente y fundador de la Fundación Autism Friendly Club, quien lamentaba la falta de restaurantes adaptados para personas autistas en Barcelona. "Dije: ‘yo seré el primero’. Y al día siguiente, Alberto estaba aquí explicándome el proyecto", recuerda Jordi. Lo que inicialmente parecía un reto se convirtió en una misión personal: abrir las puertas de Nectari a una comunidad que, hasta entonces, no encontraba su lugar en la hostelería.
Formación: la clave para la inclusión
El proyecto no se limitó a implementar cambios visibles, como adaptar la carta con pictogramas, sino que se centró en formar al equipo para atender las necesidades de personas neurodivergentes. Según datos de la Fundación Autism Friendly Club, el 16% de la población mundial es neurodivergente, lo que incluye a personas dentro del espectro autista.
"Al principio, mi equipo pensó que estaba loco", admite Jordi entre risas. Pero con formación y empatía, lograron crear un espacio donde cualquier persona se sintiese bienvenida. Las sesiones de formación impartidas por la Fundación ayudaron a los trabajadores a comprender cómo pequeños ajustes, como priorizar comandas u ofrecer mesas en espacios tranquilos, pueden marcar una gran diferencia. "No se trata solo de colocar pictogramas en la carta, sino de hacer pedagogía con los trabajadores", explica Alberto.
Una carta que rompe barreras
Los pictogramas, aunque parecen un detalle sencillo, son una herramienta clave para facilitar la comprensión de los menús a personas autistas. Jordi lo explica con un ejemplo: "Si yo te digo que vamos a comer una hamburguesa con patatas, tú lo entiendes. Pero una persona autista puede no visualizarlo de la misma manera. Con pictogramas, todo queda claro".
Esta iniciativa no solo ha sido un éxito entre los clientes, sino que también ha inspirado a otros restaurantes a seguir el mismo camino. "Nunca pensé que sería el primero en Cataluña en tener una carta para autistas", confiesa Jordi. "Pero cuando ves que las personas disfrutan y te dicen que no salían porque no sabían dónde ir, te das cuenta de que estás haciendo algo importante".
El impacto de la inclusión
Adaptar un restaurante no solo mejora la experiencia de los clientes, sino que también abre las puertas a un mercado desatendido. En Europa hay 8,5 millones de personas autistas, y en España, alrededor de 750.000 tienen dificultades para comprender menús tradicionales. "Los restaurantes siempre buscan nuevos clientes, y aquí tienes un 16% de la población mundial que no está yendo a tu restaurante o que no lo hace en igualdad de condiciones", señala Alberto.
El impacto también se siente dentro del equipo. Jordi destaca cómo este proyecto ha fortalecido el sentido de pertenencia de sus trabajadores. "Muchos tienen familiares o amigos dentro del espectro autista. Para ellos, saber que estamos haciendo algo por esta comunidad es muy significativo", explica.
Reconocimientos y retos
El esfuerzo de Jordi y su equipo fue reconocido con el Sol Sostenible de Guía Repsol, un galardón que celebra la excelencia gastronómica y el compromiso con la sostenibilidad y la inclusión. "Fue un momento muy especial para nosotros. Me llevé a todo el equipo a Tenerife para recoger el premio. Quería que ellos también disfrutaran de este logro, porque es de todos", recuerda Jordi.
Sin embargo, el camino no ha estado exento de desafíos. Jordi rememora cómo un psicólogo le advirtió que su restaurante podría ser etiquetado como "raro" por implementar estas medidas. "Me quedé planchado", admite. Pero decidió seguir adelante con el apoyo de Alberto y la convicción de que estaba haciendo lo correcto.
Una llamada a la acción
La experiencia de Nectari demuestra que la inclusión es posible y necesaria en la hostelería. Jordi lo resume así: "estas personas trabajan y piensan de una manera distinta, pero lo hacen muy bien. Hay que darles su espacio". Adaptar un restaurante no requiere grandes inversiones, pero sí un cambio de mentalidad. Desde formar al equipo hasta implementar pequeños ajustes, cada paso cuenta para crear un entorno más inclusivo.
Nectari es un ejemplo de cómo la gastronomía puede ser un motor de cambio social. Al abrir sus puertas a la comunidad autista, Jordi Esteve y su equipo han demostrado que la inclusión no solo es posible, sino también necesaria para construir un sector más humano y accesible.