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Irún

Rico mestizaje de una ciudad fronteriza

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Un peculiar trenecito verde recorre de mayo a septiembre el pasado de Irún. Este simpático convoy nos transporta a la historia de este municipio guipuzcoano, fronterizo con Francia, mostrando la huella que los romanos dejaron aquí y que hoy se guarda en el museo de Oiasso y también enseña al visitante el reciente pasado minero de Irún en los Hornos de Irugurutzeta. El viaje dura una hora y cuarto y es un guiño al verdadero ferrocarril, el de los raíles, que ha desempeñado siempre un papel estelar en el desarrollo comercial e industrial de Irún, ubicada en una posición estratégica entre dos países. Aquí tiene su sede la conocida compañía Construcciones y Auxiliar de Ferrocarriles (CAF).

El río Bidasoa actúa en este municipio como linde natural con Francia. Dominan en el territorio los paisajes excepcionales gracias a tesoros de la naturaleza como el Parque Ecológico de Plaiaundi, formado en las marismas de la Bahía de Txingudi, que Irún comparte con Hendaya y Hondarribia. Igual de impresionantes son los paisajes que se pueden admirar siguiendo el Camino de Santiago. En el casco urbano de Irún destaca la Iglesia de Nuestra Señora del Juncal, que combina elementos góticos y renacentistas, la Ermita de Santa Elena y el Ayuntamiento. En las afueras, ubicada en el Monte San Marcial, se encuentra la ermita del mismo nombre. Allí, un precioso mirador ofrece al visitante una panorámica única sobre el entorno geográfico, compuesto por el Monte Jaizquíbel, la propia ciudad de Irún, Hondarribia, el Mar Cantábrico, Hendaya y Behobia.

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