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Mirambel

La joya medieval sobre la que escribió Baroja

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Mirambel es una preciosidad. Nombrado como uno de los pueblos con más encanto de la provincia, su casco histórico ha sido reconocido como Bien de Interés Cultural (BIC) y el pueblo como conjunto histórico artístico. Se empieza cruzando su espectacular muralla del siglo XIII, que se conservan prácticamente íntegra siendo la más completa del Maestrazgo. Hay cinco portales de entrada, destaca el de las Monjas, por sus espectaculares celosías de yeso. Una vez dentro del recinto amurallado ya se ha entrado al pasado.

Cada esquina de este pueblo rezuma historia. Así lo recogió el escritor Pío Baroja en su obra La venta de Mirambel. Escenario de las historias de templarios en los siglos XII y XIII, núcleo de los carlistas en el XVIII y resistencia de la Junta Suprema de Aragón, Valencia y Murcia durante la guerra civil.

Las calles empedradas, los caserones con aleros de madera tallada, las ventajas y las puertas de forja. Repartidas se encuentran cinco bonitas ermitas. Todo mezclado con el espectacular convento gótico de las Agustinas, los restos de un antiguo castillo medieval y los preciosos palacios renacentistas de Casa Aliaga y Casa Castellot. Todo envuelto por las imponentes murallas que la convierten en una ciudadela medieval. Hay que destacar un rincón en especial: pasado el portal del Estudio se abre una de las escenas más bellas del pueblo formada por la iglesia parroquial, la Casa de Pastor, la de Zurita y el monumental edificio renacentista del ayuntamiento.

Una de las particularidades que encontrará el visitante en Mirambel es la calma. Como la mayoría de los pueblo de esta provincia, a pesar de su espectacular arquitectura medieval, los turistas no se agolpan entre sus murallas, por lo que los escasos visitantes que llegan a Mirambel pueden disfrutar de una verdadera vuelta al pasado, en silencio y con tranquilidad.

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