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Sabiñánigo

Puerta de los Pirineos, templo de la vida sana

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Sabiñánigo tiene poderosos vínculos con la naturaleza, el deporte, el arte y la cultura. Esta localidad oscense, ubicada entre los Valles del Aragón y de Tena, es una de las puertas de entrada a los Pirineos. Los aficionados a la bicicleta estarán familiarizados con su nombre, pues Sabiñánigo es la sede de la famosa prueba cicloturista Quebrantahuesos, que concentra a miles de deportistas y que se celebra el penúltimo sábado del mes de junio.

La gastronomía de la zona es también un poderoso atractivo para conocer la ciudad, sobre todo para aquellos que desean un acercamiento a la cocina tradicional. No podemos irnos de Sabiñánigo sin probar platos como las migas con uva o huevo, las sopas de ajo o de pan o los boliches. También destacan las carne a la brasa, chiretas y los guisos de caza. Y los postres, como las rosquillas o crespillos.

Con el estómago lleno, será momento de acudir a los dos grandes museos de Sabiñánigo. Por una parte, el Museo Nacional de Dibujo Julio Gavín-Castillo de Larrés, con obras de reconocidos personajes como Salvador Dalí, Antonio Suárez o Antonio Mingote. Otro espectacular centro es el Museo Ángel Orensanz y Artes de Serrablo, que alberga una interesante muestra de esculturas. El Molino Periel y la Torre de los Baguer completarían un itinerario ideal por la localidad. A siete kilómetros, pero en el mismo término municipal de Sabiñánigo, sobresale la Iglesia de San Pedro de Lárrede, construida hacia 1050 en estilo románico aragonés.

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