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Santurtzi

Un mar de propuestas

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Natural, industrial, festiva… Así se presenta la villa de Santurtzi ante todo aquel que la visita. Pero, si hay algún elemento que la defina completamente, ese es el mar. Bañada por el Cantábrico, el sabor a sal se respira en su ajetreado puerto pesquero, donde el viajero se puede empapar de la tradición marinera de la localidad en el museo Itsasoa y el centro de interpretación de Agurtza, situado en una de las últimas embarcaciones de madera. Y toda la actividad se desarrolla bajo la atenta mirada y protección de la Virgen del Carmen, cuya fiesta aparece marcada en grande en el calendario.

En el casco urbano, pero sin apartar la vista del mar, se levanta la iglesia de San Jorge, que compite con la influencia francesa del Ayuntamiento. Muy cerca se encuentra el Espacio de Interpretación Histórica de Santurtzi​​​, que ocupa el Palacio de Casa Torre, una de las pocas construciones residenciales de la zona, junto al Palacio Oriol, que ofrece uno de los mejores miradores. Por sus calles hay que perderse para probar unos pintxos y después bajarlos con un buen paseo hasta el Monte Serantes, contrapunto natural a un entorno de gran tradición industrial que promete unas vistas espectaculares de la bahía de Abra. Y es que Santurtzi siente el mar desde todos sus costados.