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Esta formidable pareja está detrás de exitazos audiovisuales, teatrales, casi sociológicos, como La Llamada o Paquita Salas, serie por la que acaban de recibir su primer premio Ondas. Desde que se han convertido en la pareja del año, con las paradigmáticas fiestas en su casa incluidas, no paran de viajar, comer fuera de casa, y festivalear. Nos vamos con ellos de ruta, a ver cómo son de hedonistas, qué sueños viajeros tienen y qué manías…
Calvo: El otro día nos sacaron un vuelo a Los Ángeles en clase business, ¡con su cama y su todo! Era nuestra primera vez y he de decir que es una manera ideal de viajar…
Ambrossi: Yo soy muy del AVE, como Isabel Pantoja. Me flipa también el business, claro…
Calvo: Me encanta la barra de la coctelería 'Santamaría'. Últimamente vamos mucho allí con las amigas. Incluso han hecho un cóctel con mi nombre. En realidad es un gin-tonic con un poco de amargante de vainilla, pero es que le hicieron uno a Brays y yo me sumé porque… Pues me hacía ilusión. Un Javi Calvo.
Ambrossi: Yo me quedaría con la barra del bar del 'Válgame Dios'. Porque trabajé ahí, porque ahí se gestó La Llamada, porque ahí conocí mejor a Belén Cuesta… Y porque amo a Santi Carbones, su jefe. Gin-tonic de lo que sea, es lo que pido siempre. Aunque creo que en el fondo ya ni me gusta el gin-tonic…
Javis: ¡Siempre un buen cocido con todos sus vuelcos!
Calvo: Pues a mí me encantaría descubrir la Costa Brava. Es un lugar que tengo pendiente y que creo que me encantará
Ambrossi: Yo, Lanzarote. Que lo he organizado mil veces y las mil veces lo he tenido que cancelar. Allí me iría, sí.
Calvo: Uhmm, pues un barrio de Japón con bares tan diminutos que cabían solo tres o cuatro personas en cada uno. Era un sitio mágico y te obligaba a hacerte amigo de los compañeros de barra que te tocaran.
Ambrossi: La primera vez que vi Times Square. Parece cliché ¡pero es la verdad!
Calvo: Yo rodé una película en el corazón de Rusia, en un lugar en mitad de la nieve y vivía en una cabaña de madera. Fue una experiencia muy extrema y muy bonita y me encantaría volver a ese lugar.
Ambrossi: Yo viajaría a los años 90. ¡Viajar con Paquita Salas en la segunda temporada de la serie fue de verdad inolvidable!
Calvo: Siempre a Murcia. A Águilas o a Puerto Lumbreras, los dos pueblos de mi familia. Era un viaje de tres meses, que por entonces era una eternidad, a la absoluta libertad.
Ambrossi: Siempre en coche por curvas imposibles hasta llegar a Galicia. Odio viajar en coche desde entonces, no te digo más.
Calvo: Japón, que lo descubrí hace poco y estoy deseando volver. Estuvimos muy poco tiempo pero me dejó absolutamente maravillado y por eso quiero regresar cuanto antes.
Ambrossi: Siempre echo mucho de menos Barcelona. Vivir ahí para formar parte de Operación Triunfo [2017] fue maravilloso.
Calvo: ¡No soporto que Javi siempre quiera ir andando a todos lados! Me deja siempre agotado vivo.
Ambrossi: Siempre quiere ir en coche hasta para ir a la vuelta de la esquina. Y nunca baja a desayunar en los hoteles. Para matarle. ¡Y siempre decide él la comida en los restaurantes!
Calvo: Mi capricho foodie son las gildas (tapa, banderilla o pincho con encurtidos, aceitunas, anchoas, guindillas) del restaurante 'La Nudista', en Madrid.
Ambrossi: Amo el foie. Pero no voy a comerlo más. Tema moral, ya sabes.
Javis: Si vienes a casa a cenar…. ¡Pues igual hasta te hacemos un cocido!
Calvo: Elegiría el cocido del restaurante 'Malacatín', (que tiene una tradición centenaria en ese plato, famosa por los tres vuelcos). El mejor de Madrid.
Ambrossi: Soy feliz en el japonés 'Janatomo', en la calle Reina, en el centro de Madrid. ¡La sepia frita! Todo, en realidad.
Calvo: Pues probablemente a Ibiza, que ella la vivió mucho en los 80. Aunque inevitablemente acabaríamos en Marina D'Or, en Oropesa, Castellón.
Ambrossi: 'El Palentino' ya cerró. Ella está muy consternada.
Calvo: Un libro que me quiera terminar.
Ambrossi: Mi afeitadora eléctrica. Mi fetiche.
Calvo: Suelo ser yo el DJ, porque Javi Ambrossi conduce.
Ambrossi: Alguien tiene que hacerlo y él no sabe conducir muy bien.
Calvo: Mi placer culpable es una buena fabada de las de repetir.
Ambrossi: Gofre con nutella. Hasta luego.
Calvo: A mi cama
Ambrossi: Sí, ¡vamos!
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