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Cornellà de Llobregat

Villas señoriales y un museo del agua

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Situada en la conurbación de Barcelona, esta gran ciudad del Bajo Llobregat ha vivido a lo largo del siglo XX varias oleadas migratorias que han multiplicado su población y engrandecido su superficie construida y sus barrios. El centro conserva el encanto de los años veinte con un importante número de casas modernistas y novecentistas, como las que se alinean en la calle Ametller y la Rambla Anselm Clavé. Uno de los mejores ejemplos modernistas de la ciudad es la Casa Camprubí (1927), obra de Josep Maria Jujol, situada en las afueras, así como el edificio de Les Aigües, que actualmente alberga el Museu Agbar.

El patrimonio arquitectónico de Cornellà tiene otros puntos clave como el Palau Mercader, un gran edificio rodeado por magníficos jardines que fue construido en 1865 sobre una antigua masía y tiene el aire de los palacios de la época del romanticismo. En el mismo Ayuntamiento encontramos un guiño a la historia de la ciudad con dos columnas prerrománicas que fueron descubiertas en 1928. Las excavaciones se han ido sucediendo desde entonces con importantes hallazgos de época romana y medieval.

Pero el edificio más emblemático de la ciudad es el Castillo de Cornellà, un gran casal gótico estratégicamente situado en lo alto de una colina desde la que se obtiene una buena visión del río Llobregat y su delta. También son muy importantes, y explican mucho de la vida del municipio, la veintena de masías históricas que se conservan por los alrededores. El flamante y moderno auditorio, situado junto al recinto ferial, y la escultura de Ricard Vaccaro, dedicada a Joan Miró, ponen el toque contemporáneo a la visita.

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