Palacio Real de Aranjuez

Aranjuez, Madrid

Qué ver

Suelos de comedor de estilo rococó; mármoles de Granada y León; muebles de época estilo Imperio; camas de caoba con aplicaciones de bronce; un salón de baile; un comedor de gala con muebles diseñados por los mejores ebanistas; despachos privados, y hasta una capilla. Aranjuez, tierra de abundantes cultivos fue el lugar escogido para construir este exuberante palacio. El recorrido queda marcado por un efecto magico, que transporta a los visitantes y les invitar a formar parte de la mismísima corte real. La combinación del alcázar real y sus jardines forma el binomio perfecto de fastuosidad y elegancia. Levantado en el solar donde se encontraba la casa Maestral, este espacio representa mejor que nadie la relación de ésta localidad madrileña con la realeza. Tal majestuosidad cobra una dimensión mayor en sus dependencias interiores, donde da una sensación de mayor amplitud. La armonía del decorado facilita aún más la visita por el rico patrimonio que contiene, destripando las entrañas del palacio, disfrutándolo con cada detalle; como los que forman parte del Gabineta de Porcelana, una de las joyas de esta casa palaciega, una habitación cubierta (incluidas paredes y techos) de dibujos y filigranas realizadas en porcelana.