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Resumen del último año de Guía Repsol

De la noche que nos dio fuerzas para resistir el 2020 a los Soles de la reinvención

Actualizado: 12/04/2021

El 2020 permanecerá para siempre en nuestra memoria. Fue el año en el que una pandemia puso patas arriba la normalidad que conocíamos hasta entonces. Y fue ahí cuando llegaron los héroes, entre ellos los cocineros que, ante todas las adversidades y los amargos momentos vividos, nunca se rindieron, nunca apagaron del todo sus fogones. Con coraje, se reinventaron para recordarnos a todos lo felices que podemos ser en torno a una buena mesa.

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La noche del 24 de febrero de 2020 tuvo baraka, bendición divina. La II Gala de los Soles Guía Repsol fue muy especial para nuestros 102 cocineros galardonados y para todos los compañeros y colegas que los acompañaron. Se premiaba la proximidad, la sostenibilidad, la innovación, el esfuerzo por acercarnos a la España rural, vaciada. Lugares lejos del ruido, donde algunos de nuestros mejores chefs han apostado por abrir sus restaurantes.

El Museo San Telmo fue el escenario de la Gala 2020. Foto: Sofía Moro y Alfredo Cáliz.
El Museo San Telmo fue el escenario de la Gala 2020. Foto: Sofía Moro y Alfredo Cáliz.

La gala disfrutó de un escenario de lujo, el Museo Municipal de San Telmo de San Sebastián. Y el éxito tuvo mucho que ver con el entusiasmo de los cocineros, festejando juntos una noche en la que se reconocía su trabajo. El lema de las intervenciones, "la cocina es lo nuestro", y hacer marca España, fue una constante. El consejero delegado de Repsol, Josu Jon Imaz, destacó la sostenibilidad de la restauración en tiempos tan cambiantes, siempre "nutriéndose del entorno y poniendo en valor el territorio y el origen de los productos".

En ese marco, la felicidad de Fina Puigdevall y de Javier Olleros, los tres Soles de la noche, no solo quedó plasmada en todos los retratos, se extendió por la sala iluminando al resto de los compañeros, porque tanto 'Les Cols' de Fina, como el 'Culler de Pau' de Olleros son lugares de cocina sostenible, con el territorio como protagonista. Aquel encuentro entre cocineros que se respetaban y enorgullecían de su trabajo, aquellos que un día antes habían compartido charlas y risas mientras se iban de pintxos por la parte vieja de Donostia, quedo grabado en la memoria.

Los tres Soles del 2020 posan con su galardón. Foto: Sofía Moro y Alfredo Cáliz.
Los tres Soles del 2020 posan con su galardón. Foto: Sofía Moro y Alfredo Cáliz.

Veinte días después, en las terrazas y balcones de toda España, cuando se salía a aplaudir a los sanitarios y a los héroes de la pandemia, millones de ciudadanos añoraban un huerto donde ver crecer un tomate o florecer un frutal; un prado donde corretea un ternero o picotea una gallina, un restaurante con productos de origen en su cocina. En esos días tan duros, el recuerdo de que juntos son más fuertes, de que el esfuerzo y orgullo del que se habla en las galas son valores a preservar, regresó a la memoria de todos.

Y les dio coraje para recordar quiénes son, los mejores de Europa y puede que del mundo. Las cocinas volvieron a encender a toda mecha -nunca se apagaron todos los fuegos- y llegó la reinvención. La delicadeza, la magia y el amor que se trasladaban a los platos más exquisitos se mezcló con la imaginación y el ingenio del que hacen gala los cocineros de este país. Muchos desde la modesta cocina de su hogar, otros desde la de su restaurante, ahora vacío.

La ruta de 'pintxos' por la parte vieja de Donosti fue uno de los momentos más destacados del encuentro del año pasado: Foto: Sofía Moro y Alfredo Cáliz.
La ruta de 'pintxos' por la parte vieja de Donosti fue uno de los momentos más destacados del encuentro del año pasado: Foto: Sofía Moro y Alfredo Cáliz.

Se grabaron, aprendiendo más si cabe de vídeo y redes, compartieron recetas y trucos, entraron en nuestros hogares para acompañar a tanta gente en soledad, que nos sentíamos un poco huérfanos. Miles de los que no sabían freír un huevo se pusieron a ello. Gentes que casi no valoraban la profesión, los descubrieron, como sucedió con los trabajadores esenciales.

Por primera vez, las puertas de muchas casas se abrieron para recibir platos y recetas de Soles de los mejores profesionales. Han sido muchas las familias que han descubierto que comer bien no tiene por qué ser un lujo; han reído, comido y bebido alrededor de la mesa que nuestros cocineros -todos- han llenado; algunos incluso se han empadronado en las terrazas, buscando ese pequeño placer de tomar una caña o darse un festín con toda la seguridad garantizada, volviendo a estar cerca de las mejores manos.

Cuando solo se podía comer alta cocina desde casa. Foto: Alfredo Cáliz.
Cuando solo se podía comer alta cocina desde casa. Foto: Alfredo Cáliz.

Porque nunca habíamos echado tanto de menos una sonrisa como en esta nueva normalidad. Las mascarillas ya forman parte de nuestras vidas, también del uniforme de los chefs y del personal de sala. Son muchos los que han diseñado la suya propia, mientras otros han lucido en sus reaperturas la pantalla facial creada por Juan Duyos y Guía Repsol. Un diseño orgánico inspirado en el paisaje natural y en las hierbas aromáticas del Mediterráneo que nos ha permitido ver lo felices que estaban los Soles de reencontrarse con sus clientes.

Lucía Freitas trabaja con su pantalla de Duyos. Foto: Sofía Moro.
Lucía Freitas trabaja con su pantalla de Duyos. Foto: Sofía Moro.

Nuestro sector de la gastronomía ha tenido mucho que ver con las dosis de ánimo que nos ayudaron a resistir. La mezcla de quienes son, cientos de mujeres y hombres que aman la creación en sus pucheros, con la fuerza que han mostrado para no rendirse, nos ha empujado a mantener el reconocimiento de ese trabajo. No quedan adjetivos para definirlo, pero sí detalles, como el de reconocer a nuestros Soles en este duro 2020.

El casi centenar de valientes que representan a todos. A menudo, han protagonizado su propia serie, con momentos amargos, pero también con otros ratos en los que se han sentido reconfortados. Reinventarse, no bajar la cabeza, no esconderse, dar un giro a cada mañana triste -han sido muchas- y hasta lanzarse a nuevos proyectos, ha sido un objetivo que no se ha arrinconado.

El descofinamiento en Madrid. Foto: Hugo Palotto.
El descofinamiento en Madrid. Foto: Hugo Palotto.

Seguirán ahí las ideas nuevas, casi mágicas, los platos que vuelan de una cocina improvisada a las casas de antiguos y nuevos clientes, encuentros que alivien la pesadilla. Todo eso vamos a celebrar y a conjurar con la III entrega de premios de este año. Sí, será diferente, pero el valor, la audacia y el amor inmenso por nuestra cocina, nuestros cocineros, nos guiarán desde este 12 de abril del 2021. Es el presagio de que lo bueno tiene que regresar. Y puede que en algunos aspectos sea mejor, gracias al coraje de todos. Ese coraje con el que nos habéis puesto la alfombra roja hasta vuestras casas.

Restaurantes cerrados y envíos con mucho cariño. Foto: Alfredo Cáliz.
Restaurantes cerrados y envíos con mucho cariño. Foto: Alfredo Cáliz.

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