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Ribes de Freser

Naturaleza y patrimonio a un paso del Pirineo

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Ribes de Freser es el centro administrativo y económico del valle que, por motivos obvios, lleva su nombre. Ubicado al norte de Ripoll, a unos 900 metros de altitud, goza de un clima fresco y agradable y de un entorno natural de media montaña privilegiado para el veraneo y el turismo activo, así como una proximidad envidiable respecto a importantes estaciones de esquí del Pirineo oriental catalán.

Confluencia de tres ríos, Rigat, Segadell y el Freser, Ribes alberga un patrimonio histórico donde destacan los restos de los castillos de la población y la iglesia parroquial de Santa María. Hubo una fortificación primigenia, el Castillo de Segura, del que quedan poquísimos vestigios, y uno que tomó su relevo, el Castillo de Sant Pere, visible aún en la parte alta del pueblo gracias a una torre medio en ruinas y otros elementos de la fortificación que permanecen en pie.

La iglesia parroquial fue construida en el siglo XI, destruida en 1936 y reconstruida entre 1940 y 1945. Se conservan elementos del templo románico y el campanario gótico.

Durante la semana santa se organiza una feria dedicada a los quesos catalanes artesanales, ya sean de leche de vaca, oveja o cabra, así como otros productos lácteos.

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