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Zambombas Jerez declaradas bien interés cultural

La Zambomba flamenca de Jerez de la Frontera

Villancicos a ritmo de zambomba y embrujo de mujer

Actualizado: 19/12/2017

Cuando suena la pandereta es señal inequívoca de que La Zambomba Flamenca va a comenzar. Luego se escucha una guitarra, un cajón, unas palmas… llegan los villancicos. Y las mujeres, las otras protagonistas de la celebración. Así se vive la Navidad en Jerez de la Frontera, de una manera pasional, llena de embrujo. Zambombas y féminas, imbatibles.

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Porque son ellas las que mejor "conocen los repertorios, las que ponen más ímpetu y ganas en la interpretación de las coplas, las que con más asiduidad salen al centro del corro para marcarse un baile". Su presencia se palpa, se siente por todos los presentes y así lo recoge el documento que declaró Bien de Interés Cultural esta fiesta única, La Zambomba.

Zambombas y mujeres contribuyen a una celebración coral, donde todos los asistentes participan y nadie se salva de interpretar alguna letra. En la peña flamenca La Bulería, de Jerez de la Frontera, saben que lo que cuenta es la participación. "Lo más importante de la fiesta es la convivencia", dice José Manuel Rodríguez, el presidente, durante el descanso de una celebración en la que la sede de la peña está a rebosar.

Las Zambombas, con la candela en el centro y espacio para arrancarse a cantar y bailar.
Las Zambombas, con la candela en el centro y espacio para arrancarse a cantar y bailar.

La cola en la puerta es larga. Para asistir a este tipo de eventos hay que ser puntuales, de lo contrario tocará esperar que alguien desaloje el local para poder ocupar su sitio: nadie se lo quiere perder y el aforo no da más de sí. Las luces de colores, las estrellas de Navidad, las guirnaldas y los espumillones están en todos los rincones. En el escenario, flores de Pascua y un ángel que representa el anuncio de la llegada del Niño Dios. Las sillas, de enea, están dispuestas formando un semicírculo que deja a los guitarristas y percusionistas en la parte trasera, dejando hueco para los bailes y los cantes que se realizan de pie, arrastrando al público.

Una tradición que ha recuperado su esplendor.
Una tradición que ha recuperado su esplendor.

La algarabía es tal que pocos son los que se resisten a tocar las palmas al ritmo de la música y a entonar el Marinerito Ramiré, Madroños al niño o Tin, tin o Catalina, villancicos que resuenan entre las cuatro paredes de la peña, mientras el niño atiende atento al espectáculo que está presenciando, el adolescente se anima a participar, aunque sea tímidamente, el adulto disfruta como hacía tiempo que no lo hacía, y el anciano rememora las Zambombas de antaño, en las que mamó y conoció una fiesta que perdura por la transmisión oral de padres a hijos.

La convivencia, eje principal de esta animada fiesta para todas las edades.
La convivencia, eje principal de esta animada fiesta para todas las edades.

Aquí no hay celebración sin Zambomba, que se convierte en el centro de una fiesta que, cuando se acerca Nochebuena, llena las calles y plazas de la ciudad. Conforme va pasando el tiempo, decae el jolgorio, que dura hasta que el cuerpo aguanta. Entonces, toca coger la ropa de abrigo y salir a la calle en busca del coche… si hay suerte. Porque a lo lejos se escucha ruido. Hay una Zambomba callejera.

La convivencia, eje principal de esta animada fiesta para todas las edades.
Pocos son los que se resisten a participar de esta fiesta.

Con una candela en el centro de la escena, que rodean vecinos dispuestos a pasarlo bien, Juan, un hombre de avanzada edad que no para de bailar, acapara las miradas de los presentes, que le corean y le animan para que siga deleitándoles. Un brote de arte que surge a pocos metros de una placa en la que se puede leer: "A Antonio Chacón, que llevó su gloria y su fama a todos los confines del mundo enalteciendo el nombre de Jerez", justo en la casa donde nació el genial cantaor jerezano, que asiste al brote de arte flamenco-navideño que tiene lugar delante de sus narices, en el que es un ejemplo claro de lo que fue –y debe ser– una Zambomba de Jerez, ya que con la popularización de la fiesta se corre el riesgo de que se convierta en un producto más comercial.

Estaba claro, la zambomba es el instrumento estrella.
Estaba claro, la zambomba es el instrumento estrella.

La celebración nació en los patios de vecinos, donde se reunían para elaborar dulces navideños –como pestiños, buñuelos o roscos, típicos de esta zona–, cantando villancicos, tocando las palmas y bebiendo anís, unos orígenes que no están documentados, pero la tradición oral mantiene que se vienen celebrando desde finales del siglo XVIII. Su auge fue a principios del siglo XX con la inclusión del villancico andaluz –las letras se adaptan y aflamencan–, para unas décadas después languidecer y resurgir con fuerza hacia los años 80 del siglo pasado, viviendo en la actualidad una época dorada.

Letras y coplillas tradicionales y adaptadas a nuestros días.
Letras y coplillas tradicionales y adaptadas a nuestros días.

"Si bien la Zambomba estuvo vinculada en sus orígenes a espacios residenciales concretos –patios de vecinos y casas de los trabajadores en los cortijos– caracterizados por unas relaciones intervecinales estrechas, en la actualidad esta circunstancia ha evolucionado abriéndose al resto de la sociedad con el dinamismo de la época actual, pasando de lo privado a lo público", recoge el documento que declara Bien de Interés Cultural (BIC) en 2015.

Fiesta declarada Bien de Interés Cultural.
Fiesta declarada Bien de Interés Cultural.

A medida que avanza la fiesta, es fácil comprobar que esta fiesta es territorio femenino, ya que aquí las posiciones más relevantes se reservan a ellas, a las amas de casa de cierta edad en su mayoría, claves en el mantenimiento y transmisión de la tradición oral de los villancicos. Su fuerza, su gracia, marcan bailes y letras alrededor del fuego.

Imposible resistirse mientras el cuerpo aguante.
Imposible resistirse mientras el cuerpo aguante.

Las Zambombas las hay de tres tipos: las que tienen un repertorio apegado a lo tradicional; las que son más flamencas; y las que son mixtas, aunando lo mejor de otras donde predominan las formas flamencas; y un tercer tipo mixto, de ambas vertientes. El tipo de celebración dependerá de quién se encargue de la organización, siendo más auténtica cuanto más estrecha sea la relación entre los presentes.

A las Zambombas callejeras que han crecido como setas en la ciudad durante los últimos años, se unen las que organizan las peñas flamencas, hermandades, tabancos o asociaciones de vecinos. Rechace imitaciones. "La forma de celebrarlas ha cambiado porque ha cambiado la vida, aunque todavía le sigue quedando la convivencia", insiste el presidente de la peña La Bulería. Junto a él, José Peña El Morito, un cantaor jerezano que participa en la fiesta, asegura que "Jerez es el único sitio en el que se interpreta la Zambomba flamenca". Y no le falta razón.

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