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Pelotas Murcianas

Herencia de sabor

Actualizado: 11/01/2016

En el extremo nordeste de la región de Murcia, situada entre el litoral mediterráneo y las estepas manchegas, está la comarca del Altiplano. Surcando sus carreteras se pasa del paisaje lunar del desierto a grandes extensiones verdes como las del Parque Regional de El Carche. Esta tierra viene definida por sus grandes contrastes y su gastronomía, donde la Pelota Murciana, es uno de sus platos más contundentes y característicos.

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La ruta

Recorrer esta comarca es acercarse a una forma de vida apegada a la tierra y a cultivos tan importantes como los viñedos de Yecla y de Jumilla. El Altiplano murciano ha estado habitado por distintas civilizaciones desde la Edad de Bronce hasta la Edad Media. Desde romanos a musulmanes, todos ellos han dejado su huella en pinturas rupestres, yacimientos arqueológicos y otras muestras de arte y arquitectura. Estas culturas también han influido en la rica gastronomía de la zona, en la que destaca las Pelotas Murcianas, un plato sencillo y humilde de gran arraigo en toda la comarca. Se trata de una variedad de albóndigas especiadas, muy sabrosas y nutritivas, que no faltan en las celebraciones navideñas.

Fiesta de la Virgen del Castillo de Yecla.
Fiesta de la Virgen del Castillo de Yecla.

Comenzamos la ruta en Yecla, donde Murcia linda con las provincias de Albacete y Alicante. Esta situación de cruce de caminos le ha impregnado de un carácter singular y multicultural. A un lado está coronada por los restos de un castillo árabedel siglo X donde hoy se levanta el santuario de la Virgen del Castillo, en cuyo honor se celebran las fiestas más importantes de la villa. Al otro, Yecla atesora un importante legado arquitectónico en el que destaca la iglesia de la Purísima, con una interesante cúpula semiesférica; la Plaza Mayor, de factura renacentista; la iglesia de la Asunción; la lonja y la torre del Reloj.

En los alrededores visitaremos el monte Arabí, que además de ofrecer unas vistas espectaculares de la localidad es ideal para practicar actividades al aire libre, como senderismo o bicicleta de montaña. Allí también se encuentran los abrigos naturales del Canto de la Visera y Mediodía, que guardan importantes pinturas rupestres del periodo Neolítico. Desde Yecla y en dirección suroeste, espera Jumilla. En la localidad se mantienen aún en pie un castillo y la iglesia de Santiago, vestigios históricos del siglo XV, así como varios edificios civiles como el antiguo concejo y la lonja. Muy cerca del centro está el poblado ibérico de Coimbra, en el barranco Ancho, cuyos hallazgos y restos se exponen en el Museo Arqueológico del Palacio del Concejo.

El siguiente punto de la ruta es Cieza, que nos brinda una oportunidad única para sumergirnos en la historia gracias a los yacimientos arqueológicos del Paleolítico y del Neolítico, declarados Patrimonio de la Humanidad, y los restos de Medina Siyasa, poblado musulmán del siglo XI, el yacimiento arqueológico más importante en decoración islámica de Europa. El Museo de Siyasa alberga objetos hallados en el poblado y expone reproducciones a escala real de varias viviendas. También visitaremos la iglesia de la Asunción y el monasterio de la Inmaculada Concepción, ambos del siglo XVIII.

Después de enlazar con una carretera comarcal, el itinerario nos conduce hasta Fortuna, famosa por sus aguas termales, que ya conocían los romanos. El Castillico de los Moros, musulmán; la iglesia de la Purísima y la Casa Consistorial, de estilo modernista, son parte de la herencia de este municipio y visitas que merecen la pena hacer con calma.

Fortuna está situada en un paraje semidesértico pero el paisaje cambia radicalmente gracias a la riqueza hidrológica de su subsuelo. Muestra de ello son dos espacios protegidos de singular belleza: el humedal del Ajauque y Rambla Salada, ambos perfectos para pasear y resguardarnos del sol si hacemos la ruta en verano, bajo sus árboles. Después del paseo y, de vuelta al coche, conducimos hasta Abanilla, punto final de la ruta.

La localidad fue escenario de numerosas batallas durante la Reconquista y la villa aún conserva de esta época el entramado de sus calles y las casas solariegas. Imprescindibles en la visita son la iglesia de San José, consagrada en 1712, y la rambla de la Parra, que nos ofrece una singular vista del desierto murciano, un paisaje lunar surcado sólo por las aguas del río Chícamo.

Cerámica esgrafiada en el Museo de Siyasa de Cieza.
Cerámica esgrafiada en el Museo de Siyasa de Cieza.

El sabor

Las Pelotas Murcianas, uno de los platos tradicionales de la gastronomía murciana, son las absolutas protagonistas de las fiestas navideñas. La receta es muy sencilla, fácil de cocinar y de alto valor nutritivo. Para prepararlas es necesario contar con carne magra de cerdo, tocino fresco, longaniza blanca, embutido murciano (Morcón), piñones, sal, pimienta molida, ajos, perejil, limón, miga de pan, leche y huevos. Para comenzar hay que poner la miga a remojo en leche. Mientras, se hace un picadillo con la carne magra de cerdo, el tocino, la longaniza y el Morcón y se mezcla con los ajos picados, el perejil troceado, los piñones, la sal y la pimienta. A continuación, se añade la miga de pan bien escurrida y se mezcla todo a mano para conseguir una masa homogénea. Después de unos minutos enfriando en el frigorífico, la masa ya estará lista para preparar a mano las pelotas, del tamaño de una de tenis, y terminar la elaboración al gusto, es decir, en caldo, en guiso o en cocido.

Pelotas Murcianas.
Pelotas Murcianas.

Si su sabor es espectacular, no lo son menos los beneficios que este plato aporta a la dieta. El cerdo, junto con la leche y los huevos, aporta proteínas de buena calidad y colesterol. Esta receta también es rica en minerales, como el fósforo, y en vitamina B12. Eso sí, cuidado con repetir, el plato es contundente y una ración cubre más del 50% de las ingestas recomendadas para un hombre de entre 20 y 39 años.