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Más allá de El programa de AR, que acaba de arrancar su 14ª temporada de liderazgo, Ana Rosa Quintana es una mujer muy activa. La periodista es empresaria, tiene su propia revista, AR, le gusta viajar y dedica todo el tiempo que puede a su familia, sobre todo a su marido Juan Muñoz y a sus tres hijos. Con ellos aprovecha para hacer algunas escapadas, cuando el trabajo se lo permite, a Sevilla, la tierra de él, o a su finca extremeña en La Vera, donde la presentadora consigue la verdadera desconexión.
Tras casi cuatro horas de directo, mientras apagan las luces de su plató, Quintana nos desvela sus lugares, restaurantes y hoteles predilectos. La madrileña, que gana en las distancias cortas y valora como nadie el tiempo, deja claro que "no come ni bebe mucho, pero le gusta hacerlo bien y, sobre todo, brindar por la vida".
He puesto una línea roja para conseguir ese tiempo libre, a partir del viernes y durante todo el fin de semana me tomo el tiempo para mí y mi familia. Solo traspaso esa línea roja cuando debo cubrir una noticia de relevancia, como este agosto con los atentados de Barcelona. Los viernes normalmente cierro el quiosco y me dedico totalmente a los míos; ese es el mejor plan, estar con ellos. Me encanta cocinar, me relaja mucho, pero también salir a comer o cenar.
Para comer, para cenar o para lo que sea, a diario o en fin de semana, me gusta 'El Qüenco de Pepa' (1 Sol Repsol), porque es como la cocina de mi casa. Cualquier excusa es buena para escaparme a comer allí. El restaurante es bonito y acogedor y la comida espectacular, con calidad y sabor. También el 'Filandón' (1 Sol Repsol) es para todo. Cualquier momento es bueno para visitarlo. Tiene una terraza única, muy especial para el verano y a mediodía tienen juegos para niños en el jardín. Por estos dos sitios siempre me van a encontrar y son muy recomendables. Por sumar algún sitio más, también me gusta mucho 'Coque' (3 Soles Repsol), de los hermanos Sandoval, ahora que se ha venido de Humanes al centro de Madrid. Tienen mucha diversidad de platos y su propio huerto.
He ido poco a poco. No soy una gran bebedora de nada, ni una gran comedora. Me gusta poquito y bueno. El paladar se va haciendo con el tiempo y esta es una afición compartida con mi familia y amigos. Yo lo recuerdo de siempre. Lo que más me gusta es el vino y el champán, no bebo otra cosa. Me gusta paladearlo, y disfrutarlo es un momento de culto. Hay buenos en toda España, pero tengo dos grandes bodegas entre mis preferidas. La de Álvaro Palacios es especial. Chelo, Álvaro y su sobrino Ricardo son amigos y unos grandes expertos. También me encantan las bodegas Valduero, de Yolanda y Carolina García Viadero, que tienen una larga lista de premios. Hace tiempo visitamos todas las compañeras del programa las instalaciones de las bodegas y tomamos los productos típicos, como lechazo, morcilla, sopa castellana... Gracias a estas amistades he aprendido mucho de vinos.
Me gusta mucho tomar el aperitivo, el vermut de grifo y la cerveza, ahora sin gluten. Desde hace un año he desarrollado intolerancia, y desde que lo tengo, la pido en los sitios donde la tienen así, como en mis restaurantes de cabecera. Me gustaba tomar las cañas por mi barrio, bares de la zona de Chamartín, o en 'La Máquina' y en 'Cruz Blanca'.
Vamos mucho a la finca de Cáceres, en Cuacos de Yuste. Es tranquila y podemos descansar y desconectar de la semana, en plena naturaleza. Allí me encanta ir a comer al hotel rural 'Villa Xarahiz' (Ctra. EX-203, Km. 32,800. Jaras de la Vera), que tiene platos típicos como caldereta y migas, con productos de la tierra. Sus vistas son impresionantes y, aunque no nos quedamos a dormir por razones obvias, merece la pena hacerlo si estás de visita. En Sevilla vive la familia de mi marido. Allí uno de mis lugares favoritos es la 'Bodeguita Casablanca' (calle Adolfo Rodríguez Jurado, 12), junto a la catedral. Tiene mucho ambiente y gran variedad de tapas. Es un clásico de la ciudad, donde procuro ir siempre que puedo. Otro de los sitios que visito a menudo, sobre todo en vacaciones, es Sotogrande. Recomiendo 'Casa Mané' (calle la Almadraba, s/n), con 1 Sol Repsol en Palmones, de cocina casera y con productos frescos del mar. También es una visita obligada al 'Gigi’s Beach', en la playa del Paseo del Mar, con comida mediterránea, tapas y los típicos espetos.
Me gustan los clásicos, los de toda la vida, como 'Bodegas Casas' (Av. de la Ciudad de Barcelona, 23), que es el bar castizo de vermut casero y tapas de conservas, banderillas o matrimonio de boquerón y anchoa. 'Casa Lucio' (calle Cava Baja, 35) y sus huevos rotos es otro imprescindible. Con estos bares siempre triunfas y hay que conocerlos.
Para las sesiones de fotos de la portada de la revista AR cada año vamos a sitios extraordinarios. He descubierto muchos rincones que no sabía que existían, entre ellos un hotelito en Benidorm, el 'Asia Gardens', con un jardín botánico enorme. Parece que estás en Vietnam y que no tiene nada que envidiar a los resorts del Caribe. Guardo muy buen recuerdo de ese lugar.
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