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Parque Etnológico de Caimari

Selva, Balears/Islas Baleares

Hay museos en los que se aprende mucho, pero sus contenidos no entran por los ojos. Otros apuestan por enseñar mostrando, creando reproducciones de animales, instrumentos o edificaciones lo más realistas posibles. El museo al aire libre del Parque Etnológico de Caimari (Selva) tiene la ventaja de que no ha necesitado crear o fabular porque tenía su materia prima allí mismo, en todas esas construcciones rurales que aún se conocían bien en la comarca. Está a escasos 200 metros del pueblo, pero visitarlo es sumergirse en otro mundo, en una aldea de cuento donde cada edificación representa un viejo oficio: la Casa de nieve, una rústica construcción de mampostería que se usaba para almacenar hielo; la barraca del carbonero, que parece un tipi indio recubierto de arbustos; o el Coll de tords, esa trampa para atrapar pájaros hecha con ramas de pino; o la llosa, otra antigua trampa, pero esta vez en piedra, o el horno de pan, o la sitja, o el horno de cal…  Así, hasta 3.000 metros cuadrados de exposición en los que aquello de la imagen que vale mil palabras cobra sentido completo.

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