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Rutas en moto por la sierra de Alicante

Relax con aroma a limoneros

Actualizado: 19/07/2017

Texto: Alicia Sornosa

Distancia: 180 Kms

Duración: 4 horas

Visitas: 1 paradas

Perdernos por carreteras comarcales, encontrar miradores improvisados, desviarnos en pequeños pueblos casi olvidades, o comer en tradicionales posadas de carretera. Cuando se viaja en moto, lo importante no es el destino, sino el viaje en sí mismo. Alicia Sornosa, la primera mujer en dar la vuelta al mundo en moto, recorre diferentes lugares de España para descubrirnos el auténtico placer de viajar en carretera. La primera parada: la Sierra de Alicante y sus románticos paisajes de almendros y limoneros. ¡Arrancamos!

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Si pensamos en Alicante, pensamos en el mar, la arena fina, algún chiringuito y el sol. La verdad es que no vamos desencaminados, pero nada mejor que aprovechar un día de playa para subirnos en la moto y rodar por el paisaje menos conocido de esta provincia: la Sierra de Alicante.

Comenzamos nuestra ruta en Denia, al borde del Mediterráneo, donde encontraremos alojamientos de todo tipo, desde los más económicos hasta los más lujosos. Eso sí, siempre con vistas al mar. Nuestra elección: 'Noguera Mar'. Nos despertamos con las suaves olas y la brisa marina, desayunando en la terraza de este hotel y restaurante familiar que nació de una barraca, cuando la abuela de los actuales dueños daba de comer a los pescadores de la zona. En su cocina preparan estupendos arroces, pescados y mariscos de la zona. Uno de mis preferidos: su pulpo secado, empapado de aceite de oliva, una manera diferente y tradicional de degustar este delicioso cefalópodo.

Alicia Sornosa, la viajera.

Desde este hotel arrancamos motores, siempre evitando las autopistas, por la CV-700 dirección Bocairent. Por el camino, el paisaje es nuestra mejor recompensa, plagado de pequeños cultivos de secano, almendros, limoneros, y huertos familiares escondidos entre las pequeñas lomas de esta sierra alicantina. Nuestro objetivo es dirigimos hacia el interior.

Al paso por las distintas poblaciones, que en sus nombres dejan ver el pasado árabe de estas tierras (Benirrama, Benialí, Benisilli, Benifalquí, Benámer…), la carretera se va revirando; curva tras curva, entre pequeños puertos, nos acercamos hasta Muro de Alcoy, cruzamos la N-340 y comenzamos a rodear el Parque Natural de la Sierra Mariola, un paraíso natural cuya cima, el Montcabrer, alcanza los 1.390 metros de altura.

Denia desde Noguera del Mar. Foto: Alicia Sornosa.

Disfrutando de la sombra y las curvas, nos desviamos hacia Les Molines, cobijado entre pinos mediterráneos y aún con la humedad del mar presente, para retomar el rumbo hacia el este, haciendo una parada en Banyeres de Mariola, donde nos esperan varios monumentos como su romántico castillo de origen árabe o su Ermita del Santo, de estilo neogótico. Un bonito lugar donde pasear y estirar las piernas por alguno de sus circuitos marcados.

Continuamos nuestro recorrido entre las provincias de Valencia y Alicante, para descubrir un pequeño tesoro escondido al borde del Parque Natural: Mas Qi, una antigua casa señorial transformada en un tranquilo lugar para el relax, la meditación o simplemente el descanso. Es el hotel soñado para los que buscan escuchar el silencio de la sierra, probar la comida macrobiótica y despertar hasta el último de los sentidos. Un remanso de paz en medio de esta singular sierra alicantina y con unas vistas del entorno que se graban en la retina para siempre.

Vistas desde Mas Qi. Foto: masqi.es.

Y de nuevo sobre nuestras monturas continuamos el camino hacia la costa por la CV-795, bordeando la parte sur de este Parque Natural, dirección a una de las ciudades más conocidas de esta comarca: Alcoy. Entre curva y curva, observamos las torres de las iglesias de cada pequeña población en el horizonte, y nos deleitamos con las bonitas vistas que nos ofrecen las lomas. Llegamos hasta Alcalalí, donde las panorámicas de los huertos sobre el río, los almendros y limoneros nos hacen olvidar por un momento que estamos cerca del mar. Desde allí nos podemos perder por los estrechos caminos vecinales, conducir entre pequeños bosques de cítricos que discurren casi a orillas del río, para regresar por la CV-720 a Denia, y completar así una ruta circular que nos devuelve hasta la orilla del mar.