Rutas moteras por el Bajo Aragón
Alcañiz, del mítico circuito urbano del Guadalope a las carreras de Moto GP
156 Kms
2 horas 30 minutos
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Alcañiz es una de esas ciudades que hay que visitar una vez en la vida. Ya sea por el arte que reúnen sus edificios de estilo gótico tardío con influencias renacentistas e incluso románicas, o por disfrutar un fin de semana de las carreras de MotoGp en su circuito de Motorland. Tampoco podemos dejar de revivir en sus calles aquel circuito urbano, el de Guadalope, que tanto gustó a pilotos y público y que ha sido rememorado como ninguno en mi casa, ya que el piloto Jaime Sornosa 'Correcaminos' se consagró como Campeón de España de Velocidad en Turismos en el 86 tras la reñidísima carrera que tuvo lugar entre sus calles. Pilotos de la talla de Emilio de Villota, Kuru Villacieros, Jóse Ángel Sasianbarrena o Carlos Jodar también compitieron en varias ocasiones en este circuito urbano, en esos momentos uno de los más auténticos y complicados del panorama nacional.
El Bajo Aragón no olvida su pasión por la velocidad, el olor a aceite y el ruido, transformando el amor por las cuatro ruedas en la fascinación por el equilibrio, las motos. Y si las buenas ideas funcionan, estamos ante una de ellas, ya que la Comarca del Bajo Aragón ha preparado una serie de rutas especiales para motoristas perfectamente señalizadas. Rutas que aúnan el arte, la gastronomía y el paisaje de una manera contundente. Rutas por las que hemos circulado para comprobar de primera mano que el buen hacer resulta siempre un éxito.
Salimos desde Alcorisa, allí nos alojamos en 'Casa de la Fuente', una modesta y cómoda casa rural en medio del pueblo con una fuente histórica en uno de sus costados, ideal para comenzar o acabar alguno de nuestros recorridos por la comarca. Además al regresar, la animada plaza que hay al lado de nuestro alojamiento nos invita a comer en sus terrazas disfrutando del buen tiempo. Desde esta población al circuito de Motorland no hay más de veinte minutos.
En Alcorisa también podemos dar un paseo hasta el restaurante de la Piscina Municipal, con unas brasas para asar todo tipo de carnes y probar el típico ternasco, aceite de la zona y deliciosos quesos de aperitivo. Es un restaurante donde la presentación de los platos y el buen hacer del cocinero en el fuego nos permite deleitarnos con una deliciosa materia prima.
Pero no todo es gastronomía en el Bajo Aragón y nos subimos a la moto para comprobar en primera persona si esas rutas y sus curvas son dignas del ternasco más jugoso… Las tres rutas discurren con el agua muy cercana. Sorprende el color azul del Embalse de Calanda, recordándonos a lugares lejanos como el Caribe. En el embalse podemos parar a hacer alguna foto con nuestra montura, con ese increíble color de fondo que se funde con el cielo. Continuamos curveando al son que nos canta el agua, desviándonos en los cruces señalizados con unos vistosos carteles naranjas que rezan "Rutas Moteras" y nos llevan por el buen camino.
Las carreteras suelen estar con el firme en buen estado, mezclando por tramos el olor a pino con los vistosos almendros, que dependiendo de la época del año que decidamos rutear por esta tierra estarán en flor, regalando unas fotografías de gran belleza que quedarán plasmadas en nuestras retinas. Además del almendro encontramos melocotoneros, que antaño los muchachos del pueblo embolsaban uno por uno sus frutos para dejar a buen recaudo de los pájaros, trabajo por el que cobraban “a peseta la bolsa”. De esto ya han pasado años pero estos frutales, los olivos y las higueras, siguen dando un producto de calidad que llevar a la mesa.
Y de los frutales y las curvas que enmarcan el camino, de los túneles sombríos con imágenes increíbles al otro lado, de las reviradas subidas a los pequeños puertos, a las torres de cada población que nos dan la bienvenida desde lejos según levantamos la vista de la carretera. Estos altos campanarios de estilo románico-renacentista animan con sus campanas las estrechas y angostas calles de más de un pueblo y forman parte del conjunto arquitectónico de la zona.
Nos vamos a dormir a uno de estos bonitos y bien conservados pueblos aragoneses, la Ginebrosa, a los apartamentos rurales 'La Morada', una antigua casa de pueblo reformada con unas vistas increíbles del campo que nos rodea.
La Ginebrosa, así como La Cañada de Verich, Belmonte de San José y otros tantos de la zona están dentro de otro de los secretos mejor conservados del Bajo Aragón y que dispone de sus rutas pertinentes: las Bóvedas del Frío. Se trata de unas construcciones unas veces excavadas en la montaña, otras enterradas aprovechando algún talud en el terreno, construidas en piedra durante los siglos XVII y XVIII.
De planta circular con una leve inclinación para facilitar el desagüe, estas bóvedas, aunque distinta cada una, suelen medir unos cuatro metros de altura y tienen un techo abovedado. Allí se guardaba la nieve compactada y separada en capas por paja para facilitar su extracción durante los meses de marzo a noviembre. Este hielo se utilizaba tanto para medicina como para la conservación de los alimentos que llegaban desde el Mediterráneo. Cada bóveda tiene su historia, están iluminadas y una agradable locución nos cuenta su historia… de aquí viene la conocida frase "limpia de polvo y paja" que se refería al hielo limpio que se sacaba de estas antiguas neveras.
Desde la Ginebrosa salimos temprano para detenernos en una población que presume de puente: Aguaviva. Un puente moderno de estilo antiguo construido en piedra cruza su precioso río Bergantes en la zona de las pozas; aguas cristalinas, templadas y llenas de peces que invitan a remojarnos y disfrutar de un lugar paradisiaco.
Siguiendo las indicaciones de "Rutas Moteras" nos dirigimos a Torrecilla de Alcañiz donde encontramos un escondido restaurante llamado 'Neres' que además tiene también casa rural para alojarnos. Como apunte: en el supermercado los dueños elaboran sus propios embutidos, a los que no he podido resistirme.
Más allá está de nuevo Alcañiz, con su majestuoso parador y su impresionante arquitectura, aunque, esta vez, nuestra parada es en el circuito de Motorland donde disfrutar de las carreras más animadas de la reciente temporada. Con todo, Alcañiz y la comarca del Bajo Aragón me ha sorprendido por la amabilidad de sus gentes y el amor y respeto a las dos ruedas.
PARA VISITAR: Alcañiz y el centro arquitectónico, Circuito de Motorland, Ruta de las Bóvedas del Frío, Iglesias, puentes y zonas de baño.
NO TE LO PUEDES PERDER: Degustar la mejor gastronomía del lugar en el restaurante 'Meseguer de Alcañiz'. Probar los melocotones locales, deliciosos. Cenar en Torrecilla de Alcañiz en 'Neres'.
DÓNDE DORMIR: 'Casa de la Fuente'. 'Apartamentos las Moradas'.
Más información sobre las rutas: Web Comarca Bajo Aragón
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