Portugalete

Mucho más que el puente

La canción popular dice que no hay en España un puente colgante que sea tan elegante como el de Portugalete. Y algo de cierto debe haber cuando en 2006 la UNESCO declaro el Puente Bizkaia, conocido también como Puente Colgante o Puente de Portugalete, Patrimonio de la Humanidad. Y quizás esta sea una de las mejores maneras de aproximarse a la villa, cruzando la ría del Nervión en la barquilla o a pie, sobre la pasarela peatonal que nos permite obtener una bella panorámica gracias a sus 60 metros de altura y realizar una primera aproximación a vista de pájaro de la hermosa villa.
Descendiendo en mitad del paseo marítimo, uno de esos lugares que hay que visitar al menos una vez en la vida, estaremos solo a unos pasos de descubrir buena parte de los rincones que nos mostrarán el pasado y presente de esta localidad. Pasando por la plaza del Solar, donde podemos ver el edificio del ayuntamiento y un bonito kiosco de música, nos dirigimos a Rialia, el museo de la industria para conocer de primera mano la importancia que el hierro tiene en la localidad. De camino hacia allí nos pilla la oficina de turismo, el mejor lugar donde recabar información y, de paso, ver la antigua estación de ferrocarril de La Canilla. Aunque también podemos parar a la vuelta, en nuestro camino hacia la Basílica de Santa María, la Torre Salazar, el Convento Santa Clara... todos en el entorno del casco histórico del municipio y uno de los mejores lugares donde iniciarse en la cultura del pintxo. Un manjar que adquiere carta de naturaleza cuando cada primer jueves de junio arranca la Ruta del pintxo, una senda de peregrinaje gastronómico que se reparte por distintas zonas de la ciudad. Si nuestra visita no coincide con este suculento momento, no hay razón para preocuparse. La oferta de festejos es amplia y variada en la localidad y abarca desde las más tradicionales, como la de la Virgen de la Guía o las de San Roque, hasta otras más internacionales como el festival de folklore o el certamen canino.