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Santa Cruz de Tenerife

Una primavera por sonrisa

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La primavera parece no acabar nunca en Santa Cruz, la capital de Tenerife, y eso permite gozar de ella prácticamente de la misma forma durante todo el año. Y, para disfrutarla, la ciudad está llena de atractivos, empezando por sus playas, que ocupan una gran cantidad del litoral. La Playa de las Teresitas, la más popular, con su arena del Sahara y su arrecife artificial, o el Parque Marítimo César Manrique, donde el artista plasmó la idea de playa que tenía en su imaginación. Las arenas negras de la Playa de Las Gaviotas acogen a quienes practican el nudismo; la belleza de playas que se enmarcan en acantilados, expuestas a los alisios, como Roque de las Bodegas, Benijo y Almáciga es un poco más difícil de disfrutar porque el oleaje, a veces, forma espectaculares y violentos rompientes.

No sólo en sus playas reside el atractivo de Santa Cruz. Los 'chicharreros' están orgullosos de un patrimonio, custodiado por los castillos de San Juan Bautista, el Castillo Negro, y el de San Cristóbal, el más antiguo de la isla. La Iglesia Matriz de la Concepción es la decana de la capital, construida sobre la antigua ermita que levantaron los conquistadores. En su interior se guarda la cruz que estos portaron en su desembarco. Las Iglesias de San José, la Virgen del Pilar y, especialmente, la de San Francisco de Asís, son otros de los templos de importancia en el entorno de Santa Cruz.

Una ciudad de primavera eterna ha de tener parques para pasearla, para contemplarla sin prisa. El Palmetum, un jardín botánico especializado en palmeras, o el Parque de La Granja son ideales para ello. Saliendo unos pocos kilómetros del centro urbano se puede disfrutar de una naturaleza más salvaje en el Parque Natural de Anaga, el Parque de las Mesas o el de Rosa Sosa.

En cuanto a museos o a actividades culturales, Santa Cruz dispone de un buen número de posibilidades, empezando por su auditorio, obra puntera levantada de acuerdo con los planos de Santiago Calatrava. El TEA, Tenerife Espacio de las Artes, obra de Jacques Herzog, Pierre de Meuron y Virgilio Gutiérrez, llegó para dinamizar el casco antiguo. Museos como el Municipal de Bellas Artes o el de la Naturaleza y el Hombre satisfarán a quienes busquen entender un poco mejor el lugar que han elegido para pasar sus vacaciones. Al terminar sus visitas, los viajeros podrán perderse tranquilos por las plazas y calles de Santa Cruz o, si lo prefieren, abordar las zonas peatonales, donde tiendas y restaurantes comparten el espacio lanzando guiños, a menudo irresistibles, a los caminantes.