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A pocos metros de La Boqueria, en una callejuela homónima se esconde el Hotel Condal, un establecimiento de 1893 ahora en profunda reforma para convertirse en hotel boutique 4****. Mientras la metamorfosis de las obras produce el milagro, su gastronómico, 'Finorri', ha echado a andar con escape libre. Tras esta maravilla en ciernes está Josep Nicolau (ex 'Bar Cañete'), cocinero de trinchera que se ha quedado guardando la gestión: “Cuando Santiago Rama me propuso llevar esta apertura no pude negarme”, confiesa. Deja el protagonismo a Albert Soteras (ex Hotel 'Miramar'), un virtuoso que ha trabajado junto a pesos pesados como Jean Louis Neichel o Josep Lladonosa.
Atención a la sobresaliente gilda con aceituna ahumada, boquerón, taco debacalao y tomate confitado, a la merluza con panaderas bañada en un delicados uquet de anchoas y romero ultra concentrado y a la rústica espalda de Xisqueta (ovina originaria del Pirineo Central adaptada a la trashumancia) con ejotes. Tapeo de altísimo nivel (de llotja, fresco y de mercado) conservando un alma cálida de casa de comidas con todo su chup-chup. El interiorismo gresquiano está presidido por una imponente barra de mármol blanco. Es ahí donde se sirven cócteles de autor con alcohol muy rebajado y asesoría de Paradiso. Buenas etiquetas pertrechan el resto de la carta líquida que Rubén Pol (Head Sommelier de 'Disfrutar') ha puesto a punto. Desparpajo y ligereza en una apertura más que prometedora.
'FINORRI RESTAURANT I COCTELERIA'. Carrer de la Boqueria, 23, Ciutat Vella, 08002 Barcelona
Es una réplica de la marisquería original que tenía la familia Tort bajo su casa- explica Víctor Marín, supervisor de la operativa del grupo La Confiteria-. Han mantenido la barra, los cuadros y la memorabilia de un local anclado en el tiempo donde se lee al entrar en una pequeña placa la frase que Gabriel García Márquez (habitual del establecimiento) dejó para la posteridad: “Tort, si yo hubiera conocido antes este bar, hubiera escrito Mil años de soledad”.
El concepto también se ha mantenido, con platos de llotja (escritos a mano), el pescado en escabeche y los mejillones picantes que se sirve desde la vitrina y solo hay un plato con carne. Atención a sus almejas en salsa verde y al clásico suquet del pescador. Los postres que asoman en la corta carta también se dejaron de ver hace tiempo en los restaurantes: ahí están el cubanito, el corte de helado o milhojas del Forn Vilamala-.
'MUNDIAL BAR'. Plaça de Sant Agustí Vell, 1, Ciutat Vella, 08003. Barcelona
La apertura de 'Molino de Pez' fue una bocanada de aire fresco en la restauración barcelonesa: cocina sencilla, sabrosa y sin artificios, pensada para disfrutar. Pero en la víspera de Sant Jordi -quizás la fecha que los barceloneses esperamos con más ilusión- un incendio calcinó el interior del restaurante: “Cerramos de golpe, con el corazón encogido, pero con la clara idea clara de volver cuanto antes. Y volver bien”, recuerda Nino Redruello. El día allegado.
Esta segunda y exitosa apertura del grupo madrileño en Barcelona ('Fismuler', en 2018, fue la primera) se esperaba con ganas. Siguen en carta sus clásicos como la ensaladilla de lubina a la sal y patata, sus célebres torreznos ibéricos y el excelente marmitako de bonito del norte. Entre las novedades (que las hay), la técnica malagueña del espeto con un twist: doradas, salmonetes, calamar y todo aquel pescado que la lonja y sea susceptible de cocerse en espeto. La cocina también ha sumado un pequeño horno de ladrillo para platos divertidos y suculentos como la pizza napolitana de oreja de cerdo. Una selecta carta devinos os espera para llenar la copa.
'MOLINO DE PEZ'. Carrer de Còrsega, 346, Eixample, 08037. Barcelona
Lo que fue la pop up Farm to Table durante cuatro años en las noches del Festival Grec se ha transformado en 'La Greca', en los Jardines del Grec. Ahora, con alma de chiringuito urbano en su barrio de residencia (Poble-sec), Raquel Blasco y Marc Santamaria del restaurante 'Casa Xica' y Lena Wiget y Joe Littenberg, mentes pensantes tras el 'Eat Street' y 'BCN Més' pilotan con toda la ilusión esta guinagueta (como decimos en catalán) como si fuera un proyecto desde cero. Es un espacio que recuperan en Montjuïc y devuelve a la montaña la atmósfera de merendero familiar para encuentros sociales. Si os animáis, podéis pasar el rato en este ajardinado espacio al aire libre jugando a juegos de mesa (en depósito) mientras disfrutáis del confort de una innegociable cocina tradicional casera: de guisados como la escalivada, los garbanzos con butifarra negra de Cal Tomás o el bacallà a la llauna con samfaina a bocadillos planchados como el bikini trufado o un bocadillo de fricandó.
Por las mañanas, vermut en mano, uno puede zamparse unas buenas gildas, picar conservas o charcutería de calidad (también de Cal Tomás). Aquí se hacen los bocatas con pan de la panadería Serra del mismo Poble-sec y se sirven quesos de Dotze Graus todo rematado con una ensaimada (del Forn Mistral, cómo no) con crema catalana quemada o un pastel de queso.
'LA GRECA'. Passeig de Santa Madrona, 38, Sants-Montjuïc, 08038. Barcelona
Aunque el barrio barcelonés de Gràcia tiene ya algunos mexicanos, la apertura de 'Paloma' ha sido muy bien recibida. Tras esta fondita desenfadada y de ambiente familiar donde la chef Paloma Ortiz combina el sabor de la cocina mexicana más cotidiana con técnicas vanguardistas está Kim Díaz dueño de 'Bar Mut', 'Entrepanes Díaz' y 'Muti club'.
Es el sitio donde caer rendido ante una simple ensalada César -aquí, con un punto de brasa en el cogollo que le da un toque profundo y distintivo- y que te expliquen que es una receta que se creó en el mismo bar de Tijuana donde nació la margarita. También ayudan a entender que en México no todo viene en forma de taco, aunque un punto fuerte son los de onglet a la brasa con patatas o pescado estilo ensenada. Probad los antojitos en forma de flautas de carne, papa y chorizo, las tostadas –de atún fresco– o las gorditas de suadero y queso Oaxaca. La carta de tragos cocteleros deja espacio para buenos mezcales y sublima el coctel (tan de moda) que lleva el nombre de su chef: Paloma (con base de tequila, zumo de lima y refresco de pomelo).
'PALOMA'. Carrer de Bonavista, 21, Gràcia, 08012. Barcelona
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