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Malpica de Bergantiños

El puerto y las aves como protagonistas

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Algunas de las casas más tradicionales de Malpica utilizan huesos de ballena como vigas. Es un recuerdo (del siglo XVII) del pasado ballenero de esta localidad, marcada a golpe de ola y brisa marina por un entorno natural asombroso, donde destacan las excepcionales vistas al mar desde su marinero barrio de la Atalaia. Un pueblo pesquero en el que el Faro de Punta Nariga ilumina a sus habitantes y a todos aquellos que decidan recorrer sus calles y bañarse en sus cristalinas aguas de la Costa da Morte. Cuenta con uno de los puertos de pesca artesanal más importantes de Galicia, una fantástica lonja y la proximidad de las islas Sisargas, una zona de especial protección para las aves donde el graznido de las gaviotas retumba en todos los rincones. En las inmediaciones, las torres y la iglesia de Mens dejan constancia de un pasado medieval.

El viajero que quiera partir de Malpica de Bergantiños sabrá cuándo ha llegado el momento visitando el bar de la Casa do Pescador, donde la misma rosa de los vientos que animaba, o no, a los pescadores, le dirá si los vientos le serán favorables en sus viajes.

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