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Murcia esconde bajo su piel soleada una serie de municipios sorprendentes, donde naturaleza, historia y buena mesa se entrelazan en perfecta armonía. Muchos de estos pueblos han sido destacados por la Guía Repsol, ya sea por su oferta gastronómica —como restaurantes con distintivo Solete— o por su entorno natural privilegiado. Flanqueados por el río Segura, embalses, parques naturales y costas vírgenes, estos destinos ofrecen piscinas naturales, calas y parajes ideales para disfrutar del baño. Además, su patrimonio medieval, castillos imponentes, cascos antiguos empedrados y monumentos históricos se combinan con una gastronomía que incluye arroces con denominación de origen, vinos locales y recetas tradicionales en restaurantes reconocidos. A continuación, un listado con diez pueblos irresistibles para una escapada por Murcia.
Destino veraniego por excelencia, Cabo de Palos resulta toda una joya costera del patrimonio de la Región de Murcia. Playas como Levante o La Barra ofrecen aguas cristalinas para los bañistas, con especial mención para las calas vírgenes que se ubican en el Parque Regional de Calblanque. Además, su litoral es uno de los destinos favoritos para quienes disfrutan practicando deportes acuáticos como el buceo y el snorkel o las rutas en kayak, pudiendo disfrutar de uno de los refugios más importantes de Europa en cuando a las praderas de posidonia.
El faro de Cabo de Palos. Foto: Eva Mañez.
En cuanto a las opciones gastronómicas, la popularidad de restaurantes y chiringuitos especializados en arroces es conocida en toda la región gracias a un producto de primera en cuanto a pescado fresco y mariscos, además de un tradición gastronómica murciana, una de las más populares de los últimos años. El restaurante 'El Mosqui' (1 Sol Guía Repsol) es una parada imprescindible: además de probar su tradicional arroz caldero, Sergio de la Orden ofrece un menú gastronómico que sorprende.
La localidad de Moratalla traslada a sus visitantes a pleno medievo murciano con la vista de su castillo del siglo XV, reconstruido por la Orden de Santiago, a donde dirige cada calle de un centro urbano por el que parece que no pasado el tiempo. Un enclave histórico en el que crece en atractivo gracias al entorno que proporciona el Parque Natural de las Fuentes del Marqués, donde las rutas de senderismo y el embalse del Cenajo atrae a los amantes del campo. Mención especial merece la poza termal de Somogil, que mantiene una temperatura constante de unos 24 °C, incluso en invierno, o los baños en el río Alhárabe en el estrecho de Bolvonegro.
‘El Olivar’ (1 Sol Guía Repsol) o ‘Casa Pernías’ (Solete) son algunos de los restaurantes en los que deleitarse con los productos de la reputada huerta murciana o con las carnes de la zona, donde los asados con cordero y los embutidos cobran especial importancia.
A la orilla del Mediterráneo, Águilas combina el legado histórico de su castillo de San Juan de las Águilas, que corona la bahía con su silueta, con el impulso modernista que tuvo la zona, representado por el Embarcadero del Hornillo. Una diversidad que hace que el municipio ofrezca atractivos para todos los gustos a través de playas tranquilas como Calarreona o Poniente, o para quienes quieran disfrutar de una jornada de buceo, pues estas aguas son unas de las más codiciadas de la zona por su biodiversidad y el gran volumen de pecios (restos de naufragios sumergidos) que alberga.
Las mesas de ‘El Poli’ (1 Sol Guía Repsol) o 'El Sombrerico' (Solete Guía Repsol), son algunas de las más codiciadas por el trabajo que ejercen sobre el producto del mar y su atrevimiento a la hora de introducir nuevas tendencias gastronómicas.
Cuando uno piensa en Calasparra, rápidamente acuden a su mente enclaves ribereños como Cañaverosa o el Cañón de Almadenes, donde el río Segura ofrece espacios ideales para practicar actividades al aire libre como senderismo, piragüismo y el baño. Mientras que, si se quiere desarrollar una jornada cultural, lo ideal es acercarse al Santuario de la Virgen de la Esperanza, excavado en roca durante el siglo XVII, para profundizar en la mística e historia del pueblo.
Su arroz, distinguido con la Denominación de Origen Calasparra, es uno de los favoritos para los chefs que dominan estas elaboraciones por la excepcionalidad de sus cualidades. Por algo ocupa un espacio privilegiado en la calle Mayor el Museo del Arroz, donde se transmiten todas las virtudes de este producto, o en restaurantes como 'La Tasca de Noah' (Solete Guía Repsol), donde también bordan platos como el rabo de toro o su versión de la clásica marinera murciana.
El casco antiguo de Cehegín es uno de los mejor conservados de la región, por algo está declarado como Conjunto Histórico‑Artístico, al haber cuidado cada detalle de los palacetes, como de los Fajardo o de la Tercia, iglesias, con especial protagonismo para la de Santa María Magdalena, y callejuelas empedradas que invitan a un largo paseo por la localidad.
Además, el popular restaurante 'El Casino Felymar' demuestra que no es necesario desembolsar un gran importe para saborear los grandes productos de la despensa murciana, ya que, con una carta plagada de especialidades de la zona, permite acercarse a estas especialidades con su ajustado menú ejecutivo.
Si por algo se distingue el municipio de Jumilla, es por la gran calidad que ofrecen sus vinos Denominación de Origen. Un emblema que han sabido patrimonializar a través de varias bodegas históricas que ofrecen visitas guiadas, catas y degustaciones gastronómicas de maridaje con las que enamorarse de unos vinos que acabarán convirtiéndose en un imprescindible en los botelleros domésticos.
En cuanto a sus encantos arquitectónicos, la Iglesia de Santiago y el Teatro Vico, de estilo modernista, y su casco antiguo declarado Bien de Interés Cultural, reflejan una historia rica y diversa de uno de los pueblos más destacados a través de los años en la comunidad autónoma.
Los dorados arenales de La Azohía, con calas tan vistosas como la del Mojón o Cala Cerrada, podrían hacer viajar a los bañistas a destinos equivocados destinos exóticos, ya que se encuentran en el impresionante entorno del murciano Cabo Tiñoso. Además, construcciones como la Batería de Castillitos, proyectada en los años 30 para defender Cartagena, o la Torre del Vigía, asientan a quienes las observan en la convulsa historia de España. Un deleite veraniego en el que no faltan lugares para plantar la sombrilla durante todo el día o practicar actividades como kayak, el medio ideal para descubrir la Cueva del Gigante, o snorkel y buceo, pues aquí se asienta una de las reservas marinas más peculiares del país.
El chiringuito 'El Deskaro' (Solete Guía Repsol) permite que no sea imprescindible acudir a las playas de La Azohía pertrechado con nevera, pues aquí se sirven generosas raciones de caldero de arroz con mújol, plato estrella, gambón rojo o pescados frescos, permitiendo probar varias de estas especialidades a través de sus menús degustación.
Encajonado en pleno Valle de Ricote y bañado por el Segura, el pueblo de Blanca ofrece una de las caras más verdosas de Murcia y un entorno verde montañoso ideal para practicar el senderismo o darse un buen chapuzón en el río. Su casco histórico cuenta con joyas como la Iglesia de San Juan Evangelista, cuyos orígenes del siglo XVI se hunden en el pasado árabe de la localidad al estar construida sobre una mezquita, al igual que el castillo árabe, datado en los siglos XI‑XII como fortaleza defensiva.
Los restaurantes de Blanca se caracterizan por ofrecer platos tradicionales como las gachasmigas, las gachas tortilleras o el asado de cordero, aunque si se quiere degustar un plato realmente característico de la comarca hay que pedir el atascaburras o el empedrado, dos de las especialidades que mejor definen esta tradición gastronómica.
El castillo de los Vélez domina la perspectiva cuando uno se va acercando a Mula. Una construcción noble en estilo barroco que fue construido por el Marqués de los Vélez a comienzos del siglo XVI para demostrar su dominio sobre la localidad. Ya en sus calles, la Casa Pintada o el Palacio-Museo de El Cigarralejo son una muestra del legado de familias nobles del que ha disfrutado la localidad.
Otro de los factores que atrae a cientos de visitantes hacia Mula es su carácter termal, pues las aguas de manantial que brotan en la localidad han hecho que varios establecimientos las aprovechen su factor terapéutico para conquistar a clientes año tras año. Entre ellos, el ‘Balneario El Pozo’ destaca por también ofrecer una de las mejores cocinas de la zona con su restaurante, distinguido como Solete Guía Repsol, aunando descanso y gastronomía.
Pequeño pero impresionante, la situación alzada de Aledo sobre uno de los cerros que pueblan el noreste de Murcia hicieron del enclave uno de los más privilegiados en el medievo, por ello su Torre del Homenaje se ha convertido en testigo de la historia y uno de los lugares imprescindibles durante una visita, ofreciendo vistas inigualables y marcando el inicio del Estrecho de la Arboleja, un cañón natural de unos 500 metros con paredes de roca que gotean agua, ideales para rutas y baño en pozas naturales.
La geología y el entorno invitan a disfrutar de la localidad en modo aventura, mientras que el casco antiguo y sus monumentos, como la iglesia, ofrecen la calma rural que muchos buscan en Aledo. Al igual que en muchos pueblos de la zona, sus restaurantes se caracterizan por el empleo de recetas tradicionales, aprovechando los buenos productos que ofrece la huerta murciana y carnes como el cordero.
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