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Su propio nombre lo dice todo, o casi todo, porque aunque podemos imaginar que es una laguna y que tiene color verde hace falta verla en persona para sentir la belleza de este lugar. Está ubicada en el Golfo, una especie de anfiteatro natural a la orilla del mar que es parte del cráter de un antiguo volcán. La laguna ocupa el fondo de este semicírculo y se ha formado gracias a las filtraciones de agua directas del mar. Lo más sorprendente de esta laguna es su color verde esmeralda, fruto de las algas que hay en su interior, que resulta impactante en contraste con el negro volcánico que la rodea. 

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