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Aunque son tan agradecidos que con una simple caricia basta para ponerles contentos, aquí van una serie de propuestas con las que pasar un día redondo con tu perro. Además, no te hará falta maquearte demasiado ni hacerle un gran regalo.
Para empezar con fuerzas la jornada nada mejor que un buen desayuno. Si el tiempo acompaña, una terraza es una opción estupenda pero, si el frío o la lluvia no lo permite, hay muchos locales modernitos donde disfrutar de un buen café o una reconfortante infusión acompañados de suculentas propuestas dulces y saladas, animados de buena música y rodeados de gente pintona. En Madrid, un local recomendable es Mür Café (Plaza de Cristino Martos, 2), con una amplia carta donde elegir. El Federal Café (Parlament, 39) de Barcelona, también es otro local al que poder acudir con nuestro perro para saborear un capuccino elaborado con cariño.
Con las pilas bien cargadas, lo suyo es ir a dar una vuelta. Si vives al lado del mar puedes organizar un día al aire libre con picnic incluido. En El Campello (Alicante), por ejemplo, está la Playa de Punta de Riu que, además de permitir el baño animal, cuenta con una amplia zona donde los perros pueden desfogarse a sus anchas. En Madrid, la zona canina (bien acotada) del histórico Parque de El Retiro, cuenta con varias estructuras de Agility donde empezar a instruir al can en este entretenimiento/deporte.
Si lo que apetece es poner kilómetros de por medio y hacer una escapadita en condiciones, un lugar asturiano con encanto donde quedarse varios días es El Viñeru de Abajo, a 400 metros del pueblo de Lozana y a 3 km de Infiesto, capital del Concejo de Piloña. Aquí podréis disfrutar del campo, sin más ruidos que los de la propia naturaleza, durmiendo en una caravana habilitada con todas las comodidades que requiere la vida moderna. En El Viñeru de Abajo son bienvenidas las mascotas independientemente de su tamaño.
¿Por qué no aprovechar los últimos bandazos de las rebajas y regalarse algún que otro capricho? Primero damos una vuelta por nuestras boutiques humanas favoritas (donde permitan la entrada de animales, por supuesto) para ver si queda algo estupendo de nuestra talla y, después, nos acercamos por alguna tienda canina para ver si damos con un abrigo nuevo o ese juguete con silbato que le entretendrá durante un buen rato.
Tampoco está de más regalarse un tratamiento de belleza. En los centros Handmade Beauty (Lagasca, 58. Madrid) mientras que los dueños se relajan con una manicura o un tratamiento facial o corporal (a base de productos cien por cien naturales) nuestros canes son agasajados con agua, alguna chuchería especial para ellos y muchos mimos. Y, si somos nosotros los que queremos dar a nuestro can un fabuloso masaje en casa, en Mezcla Perfecta (Álvarez Quintero, 6. Madrid) se puede adquirir todo lo necesario. Aquí va una receta básica: tomamos unas cucharadas de aceite esencial (de almendras, de argán, de onagra...) y lo mezclamos bien con un par de gotas de aceite esencial de árbol de té (que impide la aparición de pulgas y garrapatas). El producto resultante lo aplicaremos sobre el lomo del perro y la cabeza de forma suave.
No hay nada más romántico que ver una bonita puesta de sol y, si vamos con nuestra mascota, nada mejor que optar por una balconada de acceso libre donde colocarnos. En Madrid podemos disfrutar de la vista que ofrece la Montaña de Príncipe Pío, en el Templo de Debod, desde donde se puede apreciar el Palacio Real o La Catedral de la Almudena. En San Lorenzo del Escorial se encuentra la Silla de Felipe II, unas construcciones graníticas donde, cuenta la leyenda, se sentaba el monarca para ver cómo iban las obras del impresionante Monasterio. El mirador está situado dentro del espacio natural protegido del Pinar de Abantos y la Zona de la Herrería, por lo que es magnífico para dar previamente un largo paseo. En el Paseo Marítimo de Tarragona está el Balcón del Mediterráneo, un lugar especial para ver caer el sol sobre el mar con sus maravillosos colores rosados. Otros atardeceres míticos son los que se contemplan desde el Mirador de San Nicolás, en Granada, donde la Alhambra aparece como en un cuento de las Mil y una noches y, el mirador del valle, en Toledo, cuyo sky line embelesó a artistas y escritores.
Con tanto trajín lo suyo es recuperarse con una opípara merienda en algún local refinado, En El perro y la Galleta (Claudio Coello, 1. Madrid) podemos disfrutar de unos exquisitos y dulces tentempiés (tartas de limón, de galleta y chocolate…) rodeados, además, de una barroca decoración canina. En Espai Joliu (Carrer Badajoz, 95. Barcelona) cuidan especialmente la calidad de los cafés que acompañan con tartas y galletas caseras. Cuentan con una pequeña tienda donde adquirir ilustraciones de artistas emergentes y plantas para reponer las que nuestra mascota nos ha destrozado en casa.
Y, para quedarnos con un grato recuerdo de la jornada, lo suyo es hacerse una sesión de fotos profesional. En PhotoVintage Studio, su artífice Cristina está especializada en inmortalizar a las mascotas, a sus dueños (y a todos juntos) con los mismos procedimientos (desde la luz hasta la escenografía) que se usaban en los años 50 o 60. Aunque, si queremos algo más moderno, el equipo de retratistas de FotoPets sacan a los animales tan fabulosos, que trabajan desinteresadamente con muchas protectoras para que los canes que tienen en custodia encuentren una familia que los adopte lo antes posible.
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/Anbotocima2.jpg.transform/rp-rendition-lg/image.jpg "Conquista (a cuatro patas) de una mágica montaña de leyenda")
