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Calatañazor

Del castillo del azor al tambor de Almanzor

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Los azores, un tipo de ave rapaz, y los castillos podrían ser el origen de la toponimia de Calatañazor, derivada del árabe Qalat al-Nusur o Castillo del Azor. Este tesoro arquitectónico se alza en una colina bordeada por el sabinar de Calatañazor, considerado uno de los mayores bosques de esta especie de la Península. El recinto amurallado de esta localidad -declarada Conjunto Histórico-Artístico- parece congelado en el tiempo y nos permite pasear por las calles empedradas e imaginar cómo fue la vida en esta aldea medieval.

Una empinada cuesta nos lleva a la plaza Mayor, donde encontraremos el ayuntamiento y la picota o rollo jurisdiccional, flanqueados por casonas de pintoresca arquitectura. Destaca también por su gran valor histórico el castillo de Calatañazor, que aún conserva su torre del Homenaje, una necrópolis medieval, los restos de las ermitas de Santa Ana y San Juan Bautista y la iglesia gótica de Nuestra Señora del Castillo.

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