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Catí

Un pueblo de intacta esencia medieval

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Catí conserva prácticamente intacto el espíritu medieval con que nació. Lo primero que da fe de ello es el trazado de sus calles y los muchos emblemas y escudos familiares que presiden las casas nobiliarias de la época, como la dels Sans, los Montserrats o Jerónimo Martí. El edificio más querido de su casco antiguo –declarado Conjunto Histórico-Artístico- es la Lonja (siglo XV), con las arcadas y las ventanas góticas del que fuera antiguo ayuntamiento. Al lado está el palacio de Sant Joan o Casa Miralles, también de estilo gótico. En la entrada de la iglesia de la Virgen de la Asunción se puede admirar un reloj de sol que muestra los doce signos del zodíaco. Son de obligada visita el retablo de Jacomart, pintor de la corte de Alfonso V, y la Capilla de la Comunión, con pinturas de Pascual Mespletera. En las inmediaciones se pueden visitar las ermitas de Santa Ana y la del Pilar, así como las neveras de piedra (la del Mas de la Serra y la del Tossal).

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