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Pontevedra

La ciudad confortable

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Pontevedra es una de esas ciudades que pueden presumir de ostentarlo casi todo. Es distinguida, plácida, diferente, un soplo de aire fresco para todo aquel que la visita. Sí. Y los vecinos de la localidad pueden vanagloriarse de ello. Y de que todo en ella está cercano, a mano, desde pasear por el margen del denso, sereno y oscuro río Lérez, hasta disfrutar de un café sentado tranquilamente en cualquiera de las terrazas de sus plazas tan antiguas como reconfortantes y recónditas. En la de la Leña, por ejemplo, ese café tendrá como paisaje los característicos pazos que conforman el Museo Provincial. Caminando por la ciudad, se suceden las sorpresas: la iglesia de la Virgen Peregrina y su planta en forma de vieira, la deslumbrante orfebrería que se exhibe en el Museo de Pontevedra y otras joyas arquitectónicas, como la basílica de Santa María o el monasterio de San Bartolomé. Otros sentidos se verán atraídos por el Mercado de Abastos, donde al visitante le esperan las flores y el mejor marisco gallego. La conocida como capital de las Rías Baixas es un lujo hasta cuando el cielo amanece encapotado, convirtiéndose en un aliciente más para afrontar el resto del día, puesto que esta urbe brilla por sí misma. Tanto, que en 2014 recibió el Premio ONU Habitat al modelo de ciudad.