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Tella-Sin

Pirineo milenario

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Llegamos a las tierras milenarias de Tella-Sin en las que fácilmente podría haber vivido Ayla, la niña cromagnon acogida por los neanderthales que Jean M. Auel tan bien describió en su novela “El Clan del oso cavernario”. La cueva del oso de Tella pudo haber sido el escenario de cualquiera de sus libros y, sin duda, se convierte junto con el museo que estudia y explica la vida de estos plantígrados, en uno de los principales atractivos de este hermoso pueblo del pirineo aragonés. Pero los vestigios prehistóricos no acaban ahí porque el dolmen de la Losa de la Campa se encarga de recordarnos la antigüedad de los asentamientos humanos en la zona. Y ¿quién no iba a querer vivir en semejante paraje? Tella-Sin y sus siete pedanías, encabezadas por Lafortunada que ejerce de capital, se asoman al hermoso Valle del Cinca y reposan a las faldas del Monte Perdido. Todo es espectáculo aquí, el agua, la fauna, los bosques. Nos abruma el contraste de la recia piedra de sus casas, iglesias y ermitas medievales con el verde frondoso de la primavera y con el blanco deslumbrante del invierno pirenaico. Historia y Naturaleza se aúnan para darnos lo mejor.

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