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Ruta por los confines de la gamba blanca de Huelva

El último paraíso Atlántico

Actualizado: 13/10/2015

Entre la desembocadura de los ríos Guadalquivir y Guadiana, la costa onubense es una sucesión de playas espectaculares, idílicos espacios naturales y puertos pesqueros de auténtico sabor marinero. Gracias a esta privilegiada situación, no resulta extraño encontrar en casi todos los restaurantes los productos más sabrosos del litoral atlántico. Pero sin duda, hay uno que destaca entre todos, la gamba blanca, conocida en la región como "la perla de Huelva".

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La ruta

De este a oeste, la Costa de la Luz se extiende desde el Parque Nacional de Doñana y culmina en la desembocadura del Guadiana, frontera fluvial entre España y Portugal. Muchos parajes se disputan ser el más bonito de la región. Sin embargo, en sus costas la gamba blanca no tiene que competir, puesto que no hay rival que iguale su sabor. De largos bigotes y aplanado cuerpo, la gamba blanca es la reina de las lonjas y del tapeo de Huelva. La flota de bajura la captura de manera artesanal en los fondos arenosos del litoral y su fina piel, de un tono levemente rosado, requiere un punto exacto de cocción y una pizca de sal para convertir este marisco en uno de los manjares más deliciosos de la cocina onubense.

La aldea del Rocío vive la romería el fin de semana del Lunes de Pentecostés. Foto: Shutterstock.
La aldea del Rocío vive la romería el fin de semana del Lunes de Pentecostés. Foto: Shutterstock.

La ruta propuesta comienza en las marismas de Almonte. En ellas está ubicada la aldea de El Rocío, donde miles de fieles peregrinan cada año, el primer lunes de Pentecostés, para honrar a la virgen, su virgen. La romería es la más multitudinaria, tradicional y alegre de Andalucía. El santuario (construido en los años sesenta), las calles de arena a la puerta de las casas de las hermandades y las vistas frente a la marisma son lugares de visita obligada.

Además de sus playas, los bares de tapas de Isla Cristina son un buen lugar para hacer un descanso

La carretera nos conduce hasta Matalascañas. Allí disfrutaremos de su extensa playa frente al Atlántico, nos acercaremos a su imponente faro y recorreremos el Parque Dunar, que se encuentra señalizado bajo un camino de sabinas y pinos. Si tras este chapuzón de naturaleza aún nos quedan fuerzas, podemos desviarnos a El Acebuche, que es el Centro de Recepción de Visitantes del Parque Nacional de Doñana y donde podremos encontrar toda la información necesaria para no perdernos detalle del parque. Una carretera atraviesa el Parque Nacional de Doñana y une la playa de la Torre de la Higuera (Matalascañas) con la de Mazagón.

Hay varias zonas de recreo antes de llegar al desvío que conduce a la playa del Parador, que ofrece espectaculares acantilados de arenisca, como el del Asperillo. Desde Mazagón hacia Huelva, el paisaje se torna industrial y concluye en La Rábida, cuna del descubrimiento del Nuevo Continente. Aquí visitaremos el parque botánico José Celestino Mutis, gratuito y con especies de los cinco continentes; el Muelle de las Carabelas, con una reproducción de las tres naves que llevaron a Colón hasta América, y el monasterio de Santa María de La Rábida. Frente al cenobio, al otro lado de la ría de Huelva avistamos la desembocadura del Odiel y sus marismas, también declaradas Paraje Natural.

En el Muelle de Las Carabelas se construyeron las réplicas de La Niña, La Pinta y La Santa María. Foto: Shutterstock.
En el Muelle de Las Carabelas se construyeron las réplicas de La Niña, La Pinta y La Santa María. Foto: Shutterstock.

A continuación, el itinerario nos conduce hasta la capital. A la entrada cruzamos el puente sobre el río Tinto para enlazar con una carretera que recorre el dique Juan Carlos I hasta el faro, frente a la refinería. Punta Umbría, uno de los centros oficiales de veraneo en Huelva y siguiente parada en nuestra ruta, queda a un paso de la ciudad. Podemos acceder a las famosas playas de dunas de los Enebrales y Mata Negra a través de varias pasarelas de madera. Después de un relajado baño, continuamos el itinerario hasta El Portil, extremo de otro de los espacios naturales protegidos más representativos de la Costa de la Luz: la desembocadura del río Piedras y la Flecha del Rompido, una barra arenosa de 10 kilómetros de longitud que se extiende hasta El Terrón y que alberga una importante colonia de aves acuáticas como el ánade rabudo, el cormorán o la garceta común.

Desde allí ponemos rumbo a La Antilla, una larga playa de ambiente familiar en la que destaca su paseo marítimo, con palmeras y terrazas que llegan casi hasta la arena. Pegada al litoral, la carretera nos ofrece vistas al mar y lleva hasta Isla Cristina. La extensa flota de bajura de la localidad lidera las capturas de gamba blanca que podemos comprar a buen precio en su lonja, afamada desde el siglo XVIII. Hay que acercarse por allí y tapear. Además de sus magníficas playas –Islantilla, la del Centro o la de Punta del Caimán–, sus bares de tapas son un buen lugar para hacer un descanso.

Los turistas tapean animadamente por las terrazas de Ayamonte. Foto: Shutterstock.
Los turistas tapean animadamente por las terrazas de Ayamonte. Foto: Shutterstock.

La ruta concluye en Ayamonte, el municipio más occidental de la provincia, junto al cauce del Guadiana. Desde el barrio de la Villa divisamos el estuario, el puente Internacional y la localidad lusa de Vila Real de Santo António. La iglesia del Divino Salvador, el Pozo Nuevo y el Museo de la Hermandad de la Soledad, que guarda piezas de la Semana Santa local, son paradas obligadas rumbo a la zona de La Ribera, que pone el broche de oro con sus puertos pesquero y deportivo y las calles más animadas en torno a la plaza de La Laguna.

El sabor

Hay una gran variedad de gambas, pero la de más alta calidad y mayor valor gastronómico es la gamba de la costa de Huelva, que se subasta a diario en las lonjas de Ayamonte, Huelva, Isla Cristina y Punta Umbría. Su carne es muy apreciada y se puede degustar de diferentes formas, aunque cocida y a la plancha son las más solicitadas. Para prepararlas hay que poner a hervir agua con sal e introducir las gambas cuando comience la ebullición. Después de unos minutos al fuego, dejarlas reposar en un recipiente con agua, hielo y sal. Si se quieren a la plancha, hay que poner una base de sal gorda en la plancha, calentarla y hacer las gambas vuelta y vuelta. Al sacarlas, basta con volver a condimentarlas con un generoso puñado de sal gorda.

La gamba blanca de Huelva, como otros crustáceos, tiene un alto valor nutritivo y es fuente de proteínas, fósforo, selenio, hierro, calcio y vitaminas como B12 y niacina. Cien gramos de este alimento proporcionan más del 80% de las ingestas recomendadas de yodo para una mujer mayor de 16 años y hay que consumirla con moderación puesto que su aporte de colesterol es relativamente elevado.

Más pequeña que los langostinos, es la reina de los mariscos en la zona. Foto: Shutterstock.
Más pequeña que los langostinos, es la reina de los mariscos en la zona. Foto: Shutterstock.

Más información

Qué comprar

No podemos dejar la provincia de Huelva sin haber probado, o llevado a casa, un maravilloso jamón de bellota. Otros souvenirs gastronómicos de la zona son el queso de oveja, dulces, miel, nueces y castañas en el periodo otoñal. También son productos autóctonos destacables los objetos de artesanía en barro y los muebles de madera.

Visita obligada

El Parque Nacional de Doñana es la mayor reserva ecológica de Europa. El parque acoge durante el invierno a numerosas especies de aves acuáticas, llegándose a alcanzar hasta los 200.000 individuos. Hay numerosas rutas para recorrer las lagunas, pero si el tiempo acompaña hay un agradable itinerario en bici, de 25 kilómetros, que va desde Puerto Real hasta la laguna del Taraje.

Fiestas

El recinto ferial de El Carmen acoge, el fin de semana más próximo al 15 de agosto, la Feria del Pescado y el Marisco de Isla Cristina. Durante el festival es protagonista la gamba blanca y también la chirla de Isla Cristina (si no hay veda), las sardinas, los boquerones, los chocos y los langostinos. Todos productos capturados por los barcos que tienen base en el puerto de Isla Cristina.

Alojamientos

El 'Hotel Playacanela' (Av. de la Mojarra, Ayamonte. Tel. 959 47 95 45) sigue el estilo de las construcciones de corte arabesco y está situado entre la Costa de Portugal y el Puerto de Isla Cristina, en primera línea de playa. Si vamos con niños será imposible sacarles de la piscina con toboganes, aunque el jacuzzi rodeado de palmeras es también un imán para los adultos. Ubicado en el campo de golf de Islantilla, el 'Hotel Islantilla Golf Resort' es un complejo construido en horizontal que ofrece habitaciones con vistas, spa y bungalows en zonas verdes con piscinas exterior e interior.