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Gachas manchegas

Caminando entre molinos

Actualizado: 09/03/2016

Los molinos, contra los que se enfrentó Don Quijote en la obra de Miguel de Cervantes, son el icono de La Mancha. Ya en este libro se nombraban las gachas, plato tradicional de la cocina manchega, vertido por error dentro del yelmo del caballero. A la altura del patrimonio gastronómico de la zona está también su patrimonio natural: los humedales y los viñedos nos acompañan durante esta ruta que sigue los pasos del ingenioso hidalgo y su fiel amigo, Sancho.

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La ruta

Pedro Muñoz es el punto de partida de esta ruta por la Castilla-La Mancha más reconocida en el mundo entero. Situado en la carretera que comunica con El Toboso, Pedro Muñoz cuenta con un estupendo ejemplo de humedales como la Laguna de la Vega. Su biodiversidad natural contrasta con la imagen de la llanura manchega. Antes de lanzarnos a recorrerlos por cuenta propia, nos acercaremos al Centro de Interpretación El Humedal de Don Quijote, punto de reunión de los aficionados a la ornitología que ofrece también información y recorridos por las lagunas. Tras la visita, podemos reponer fuerzas en cualquiera de los restaurantes ubicados en el centro del pueblo.

Edición especial de Don Quijote de la Mancha, de Cervantes.
Edición especial de Don Quijote de la Mancha, de Cervantes.


En la sierra de los Molinos están tres gigantes que hizo famosos Cervantes: Sardinero, Burleta e Infanto

La postal manchega más universal está en Campo de Criptana, en la sierra de los Molinos, que se divisa desde la carretera. Tres de estos molinos gigantes que hizo famosos Cervantes hace más de 400 años se mantienen aún en pie: Sardinero, Burleta e Infanto. Algunos pueden visitarse por dentro, y el primer domingo de mes se pone en funcionamiento el Sardinero para mostrar cómo era la molienda en otros tiempos. En el centro está el Pósito, antiguo depósito de granos de cereal construido en el siglo XVI y ampliado por Carlos III (s. XVIII) que alberga una sala de exposiciones y el Museo Municipal (plaza del Pósito, s/n; 926 562 231). Por su parte, a la entrada del pueblo se alza la ermita de la Virgen de Criptana, patrona de la localidad. Antes de partir de Campo de Criptana probaremos los célebres titos o almortas, unas legumbres cuya harina se utiliza para elaborar las gachas y que aquí también se comen fritas, como aperitivo.

Don Quijote confundió molinos con gigantes en Campo de Criptana.
Don Quijote confundió molinos con gigantes en Campo de Criptana.

Nuestra siguiente parada, Alcázar de San Juan, se encuentra a 10 kilómetros. A las afueras de la localidad encontramos tres extensos humedales, las lagunas del Camino de Villafranca, de las Yeguas y de la Veguilla, sirven de reserva natural para las colonias de aves acuáticas que han hecho de esta zona su hogar. Para comenzar a recorrer la villa, partimos desde la plaza de España y callejeamos hasta el Museo Municipal (Santo Domingo, 10; 926 551 305), que atesora restos romanos y el Museo de Alfarería de La Mancha (San Antonio, 32; 926 541 275; www.formma.es), memoria de uno de los oficios perdidos de la región. No muy lejos de allí queda un conjunto palaciego formado por el Cubillo, la capilla de palacio y la torre del Gran Prior, de origen almohade y que da nombre a la localidad. La plaza se cierra con la iglesia de Santa María La Mayor, la más antigua de Alcázar, que conserva la pila donde fue bautizado Cervantes.

San Juan Alcázar.
San Juan Alcázar.

Siguiendo la ruta hacia sur llegamos hasta Argamasilla de Alba, otro lugar cervantino. En ella se encuentra la cueva de Medrano, lugar donde el escritor estuvo preso e inició, según los expertos, la escritura de El Quijote. Antes de despedirnos de Castilla-La Mancha partimos en busca de un paisaje natural, el del embalse de Peñarroya, donde un imponente castillo medieval vigila el cauce del Alto Guadiana. Volviendo por la misma vía, nuestro itinerario concluye en Tomelloso, cuya gastronomía, como no podía ser de otra forma, gira en torno a las gachas servidas con salchichas, chorizo y una guindilla.

Castillo de Peñarroya.
Castillo de Peñarroya.

El sabor

Para preparar las tradicionales gachas manchegas, se calienta el aceite en una sartén honda y se echa la papada de cerdo cortada en dados, el chorizo y los ajos y se fríe hasta que esté todo dorado, luego se reserva. En la grasa que ha soltado, se añade la harina de almortas y se tuesta durante un par de minutos a fuego lento, de manera parecida a como se hace la bechamel. A continuación se añade el pimentón y se sigue tostando ligeramente, hasta que la masa tome color melocotón. Poco a poco, hay que ir añadiendo agua y removiendo para que se disuelva la harina y no queden grumos. Después se añade la sal y el orégano y, mientras la mezcla cuece, se remueve para impedir que se pegue la harina al fondo.

Gachas manchegas.
Gachas manchegas.

Se espera a que la masa espese, y por último se deja hervir durante un par de minutos para que la grasa salga a la superficie. Para finalizar, se pasan las gachas a una fuente honda y se añaden por encima los torreznos de papada frita, el chorizo y los ajos. Pueden servirse acompañadas de pan frito y de guindillas en vinagre. En algunos pueblos de La Mancha agregan chorizo desmigado, hígado de cerdo frito y machacado o patatas fritas a la panadera. Esta receta tiene un alto contenido en lípidos, pero su consumo ocasional y en pequeñas cantidades forma parte de una dieta saludable. En cuanto a los minerales destacan el hierro, el fósforo y el selenio, y como vitaminas, la B1 y la niacina.

Más información

Visita obligada

Si la ruta se realiza en noviembre, podremos acudir al Concurso Nacional de Gachas que se celebra en Alcázar de San Juan. Las cuadrillas elaboran las gachas con la harina de almortas como manda la tradición, asan todo tipo de carnes en las barbacoas y comparten porrones de vino. Al evento, organizado por la Asociación del Ferrocarril, se puede llegar en trenes fletados para la ocasión.

Tesoro oculto

En Alcázar de San Juan se celebra, desde el siglo XVIII, un carnaval que no tiene comparación con otras variedades de España porque tiene lugar en torno al Día de los Santos Inocentes, el 28 de diciembre. Grandes desfiles con carrozas y trabajados disfraces se mezclan con otros improvisados con ropa cotidiana o rescatada de baúles antiguos.

Fiestas

Durante la Fiesta del Mayo Manchego de Pedro Muñoz, declarada de Interés Turístico Regional, se organizan diferentes y tradicionales concursos de gachas y pisto. Además, durante la festividad también tienen lugar otros actos igual de curiosos como el concurso de farolas mejor engalanadas, la Ronda a las Mozas o el Festival de Folclore.

Alojamiento

Situado en pleno corazón de la Ruta del Quijote, el Hotel Intur Alcázar de San Juan (avda. Herencia s/n; 926 588 200) está próximo a los principales atractivos de la provincia, las Tablas de Daimiel, el Campo de Criptana o las Lagunas de Ruidera, y ofrece un entorno natural perfecto para desconectar de la rutina.