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Cabra

Cóctel de Naturaleza, arte y gastronomía

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Algunos de los grandes encantos de Cabra (Córdoba) vienen de su glorioso pasado y se pueden apreciar en las vitrinas de los museos o las fachadas de sus palacios e iglesias barrocas. Otros son intemporales, por la suerte que tiene de estar en pleno parque natural de la Sierra Subbética. Y, otros últimos, están bien vivos y se reparten entre sus calles, sus bares de platos típicos, sus festejos de Semana Santa...

Empezando por la Cabra histórica, los sitios donde hacer parada te los vas a encontrar al paso: la parroquia de la Asunción y Ángeles, construida sobre una mezquita en la zona medieval de la Villa, o la de San Juan Bautista, en el Cerro, ambos barrios típicos de casas blancas encaladas y balcone engalanados de flores. También inevitable pararse en el castillo de los Condes de Cabra, en cuya plaza de armas cabían 10.000 hombres formados; o en las conservadas murallas defensivas, o en tantos otros rincones, como el museo Arqueológico, un edificio donde se concentran más de 2.000 años de historia y cuya belleza rivaliza con el material expuesto. La necesaria parada de descanso te llevará a conocer ese pueblo que vibra en bares y restaurantes, donde llevarse un trozo de Cabra a la boca en forma de potajes, gazpachos, salmorejos, espinacas con garbanzos, las típicas tortas de aceite o las bizcotelas de las monjas. Todo lo que esté regado por el aceite de Cabra, otro de sus tesoros, puntúa doble. Una vez recompuestos, la mejor alternativa es salir de su casco urbano para conocer el tercer pilar turístico de Cabra: las vías verdes y rutas de senderismo en torno a su macizo serrano, una maravilla natural reconocida por la Unesco.

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