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Meaño

Entre pazos, iglesias y cruceiros

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Póngase calzado cómodo porque vamos a pasear entre caminos de un espectacular verdor y rincones fascinantes, por los que iremos descubriendo la Galicia rural salpicada de iglesias, pazos, cruceiros y hórreos, en un número tal que sorprenderán al viajero. Situado en el interior de la comarca del Salnés en las Rías Baixas, sólo una pequeña parte de su término municipal está bañado por la ría de Arousa. Meaño se configura en torno a siete parroquias, cada una con su iglesia: Cobas, Padrenda, Xil, Meaño, Simes, Lores y Dena. La mejor forma de ver estos pequeños núcleos urbanos es hacer la “ruta de las iglesias”, entre las que destacan las parroquias de Santa María (en Simes)  y la de San Juan Bautista (en Meaño), dos magníficas muestras del románico rural, así como las capillas de las Angustias (en Xil), San Amaro (en Meaño) y  San Benito (en Lores). En torno a esta última se celebra cada año una popular romería.

De iglesia en iglesia nos iremos encontrando, por un camino protegido por cruceiros (cruces de piedra), hasta 74 podemos contar, bellos ejemplos de la arquitectura señorial de los pazos. Destacan el pazo barroco de Lis, el de Ríos (en Dena) y el de Zárate (en Padrenda), del siglo XVI. Siguiendo el cauce del río Chanca, los hórreos (construcciones típicas gallegas para almacenar grano) y los antiguos lavaderos nos hacen un guiño para que nos detengamos a contemplarlos. El río Chanca también alberga en su lecho una buena muestra de molinos de agua, algunos de ellos restaurados.
Si piensa que ya lo ha visto todo en Meaño, guarde un espacio en su cámara de fotos o móvil y suba a alguno de los miradores que circundan la villa. Destacamos el de San Cibrán (en Cobas), desde el que se puede contemplar impresionantes vistas al mar de la ría de Arousa y al Valle del Salnés.