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Sigüenza

Medieval, renacentista, neoclásica y hospitalaria

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Encontraremos tres ciudades distintas en una misma Sigüenza. Tres relatos distintos pero con una misma línea argumental sostenida en el tiempo. Podremos ver una Sigüenza medieval, una Sigüenza renacentista y barroca y una Sigüenza neoclásica. Todo un signo de la enorme riqueza patrimonial de una de las ciudades más bellas de la provincia de Guadalajara, que tiene la consideración de Conjunto Histórico-Artístico. Pero no nos perdamos. El castillo, la catedral y la Plaza Mayor son los tres puntos básicos que debemos visitar, el núcleo obligatorio de todo acercamiento a la ciudad. El castillo fue erigido tras la invasión árabe en el siglo VIII, época en la que se construyó la alcazaba. Se conservan importantes restos de las murallas, cuyas puertas y torres arrancan del castillo, actualmente Parador de Turismo. La catedral de Sigüenza se presenta en su fachada como una fortaleza medieval con torres y pórtico románicos y un impresionante rosetón. En su interior podemos visitar el sepulcro de Martín Vázquez de Arce, conocido como El Doncel de Sigüenza. Cuenta con una importantísima colección de arte, entre la que se encuentra una Anunciación de El Greco. La Sigüenza renacentista se encarna en la Plaza Mayor. En su entorno poemos encontrar las casas de los canónigos, con atractivas balconadas y galerías, el Ayuntamiento y la Puerta del Toril. Por último, los mejores exponentes de la Sigüenza neclásica se encuentran en el barrio de San Roque, construido a finales del siglo XVIII. Allí se encuentra el Palacio de los Infantes y un enorme caserón conocido como el Hospicio, construido para dar cobijo y ocupación a los pobres que vagaban por las calles de la ciudad. Actualmente es la sede del Colegio Sagrada Familia. 

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