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Vilanova de Arousa

Bohemia y magia gallega

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Bienvenidos al lugar de nacimiento de Valle Inclán. El importante literato cuenta con un monumento en bronce y en el que fue su hogar, una Casa-Museo dedicada a su vida y obra. Vilanova de Arosa está muy lejos de ser un esperpento, esta marinera ciudad tiene sus “luces de bohemia” en un puerto en el que flotan los barcos de recreo junto a los de pescadores sobre las aguas verdes de la ría de Arosa que “va a parar a la mar”, al Atlántico. Se ven las cigüeñas picotear por los promontorios dentro del líquido. Al tener tan cerca el agua, es muy común la pesca como las navajas. También se pueden alquilar zodiacs. Pateando sus orillas, sobre losas de piedra, se encuentran ofrendas de flores violetas y amarillas a la patrona de los marineros, la Virgen del Carmen, a quien rinden culto con la grandiosa procesión marítima el segundo fin de semana de agosto. Entonces, todo se llena de barcos engalanados y cánticos folclóricos. En contraste al puerto, Vilanova tiene también sus playas, caracterizadas por la fina arena amarilla, aguas azules y fondos de montañas. Sonatas de todas las estaciones se reflejan en los cielos de sus atardeceres junto a las siluetas negras de barcos, edificios, montañas y aves. Como ejemplo de estas playas cabe citar la más urbana Las Sinas y la más marinera El Terrón.
Un grisáceo paseo marítimo con olor a pescado y bordes de piedritas separa la tierra de la morada de Neptuno. Hacia el interior, una ciudad caracterizada por numerosas zonas verdes, monumentos de bronce y piedra, grandes avenidas y viviendas color pardo. Por el camino; cruces de Santiago, relieves religiosos y, lo más llamativo, los hórreos. De los templos, hay que destacar a Santa María de Caleiro,  una sobria muestra de iglesia gallega de piedra con gárgolas en forma de ave y techos entejados. En lo referente a arquitectura civil, hablar del empedrado ponte Arnelas.