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'Wakana', con sus tiendas tipis y yurtas mongolas para dormir, es un complejo de naturaleza viva en pleno parque de Los Alcornocales (Cádiz) que sorprende por su lago para el baño y las actividades deportivas en el agua, pero también por su gastronomía, su amplia agenda de ocio y por hallarse en un enclave con vestigios del Neolítico.
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El enclave natural donde se levanta 'Wakana', término ancestral que para los indios siux significa sagrado, no puede ser más propicio. En una de las orillas del embalse del Celemín, con un lago y tres islas, vestigios prehistóricos y una cueva con pinturas rupestres, el Tajo de las Figuras, las tipis y las yurtas se divisan desde la carretera que deja atrás Benalup-Casas Viejas y se adentra en los pulmones verdes del Parque Natural de Los Alcornocales. La comarca gaditana de La Janda es una explosión de naturaleza tanto en su litoral como tierra adentro, y la prueba de esa potencia paisajística y medioambiental está en este cruce de camping glamuroso y espacio lúdico algo más alejado de la concurrida costa, pero igual (o más) atractivo.
Refugio de paz para hacer yoga, centro para actividades deportivas en el agua, cortijo andaluz con talleres para los más pequeños, cine de verano, gastronomía de calidad con productos de la zona con especial atención al atún rojo y a la vaca retinta, y mucho espacio al aire libre para hacer el indio, ya sea disfrutando de la música en directo en algunas de las muchas sesiones especiales que se programan hasta casi el amanecer, o simplemente danzando por sus 20 hectáreas en plena naturaleza. Caballos salvajes que cruzan este punto del corredor verde Dos Bahías y avistamiento de aves que surcan los cielos, o repostan, en la antigua laguna de La Janda, el que fue uno de los humedales más importantes de Europa.
"Muchas veces digo que esto es como el Disneyland de la naturaleza, tanto para adultos como para niños. Llegas aquí y es un espacio mágico. Los niños se comportan como niños, pero es que los adultos vienen y están como si estuvieran de campamento".
Julia Catalán, junto a su familia, es la promotora desde hace cinco años de 'Wakana', un nombre que les hechizó cuando pensando cómo llamarían al proyecto la hermana menor pronunció una palabra que, aparte de sagrado en siux, en japonés se subdivide en wa (armonía) y kana (crear música). "Fue maravilloso", reconoce, mientras habla de una iniciativa que "surge por un montón de coincidencias, eso de que los planetas se alinean, que nos hacen llegar aquí a mi familia y a mí".
Con capacidad total para 217 huéspedes, Elisa Alameda es la directora gerente del complejo y la encargada de mostrarnos las instalaciones. La estrella de los alojamientos fueron al principio los tipis indios, coloridos y llamativos nada más acceder a las instalaciones, pero poco a poco han ido ganando protagonismo las yurtas traídas de Mongolia, con una abertura en su techo para ver el cielo estrellado.
"Nuestro alojamiento premium son las yurtas, con baño propio y con todas las comodidades", explica. Tanto es así que muchos novios de las bodas que celebran en este entorno mágico pasan su noche nupcial en la llamada gran yurta. También hay un acogedor cortijo andaluz y desde este año tiendas bell tens, con un precio por noche algo más económico, y más propias de los cada vez más populares glampings.
"No hay ningún sitio como este", afirma sin titubear Catalán, que incluso habla del efecto "Wakana loop, entras en sincronicidad con el sitio y con el ambiente, y quieres quedarte un mes sin salir de aquí". Y es que aparte de los alojamientos exclusivos y la infinidad de actividades que acoge 'Wakana', desde arc attack (como paintball pero con arco) hasta una spartan race con tirolinas, hay un entorno de ensueño: cuevas con pinturas del Neolítico (204 representaciones prehistóricas de aves), 25 dólmenes, tumbas fenicias, y el mencionado lago con pantalán para practicar paddle surf o kayak. "Mucha gente nos pregunta si te puedes bañar y la respuesta es sí, y además este agua en concreto es muy buena para la salud porque tiene mucho hierro", mantiene.
Celebraciones, viajes de incentivo, retiros, campamentos y alojamientos particulares. Son las cinco líneas de negocio de un complejo de turismo de naturaleza que, por si fuera poco, rinde tributo varias veces en semana a la música en directo y, una vez al año, organiza un festival boutique donde llegan artistas nacionales e internacionales a reunirse en torno al gran lago del Celemín. "Aquí no hay mucha cobertura, pero no se echa en falta; a todo el mundo se le olvida, se viene a hacer el indio y a desconectar", asegura la directora de 'Wakana', mientras su promotora recuerda que "respetando la naturaleza, aquí puedes hacer lo que quieras".
En esta noche de Jamboree, una fiesta musical que celebran cada miércoles de verano, uno de los dj, el sanluqueño Luis Hermosillo, que viene de pinchar una larga temporada en Bali, confiesa lo que puede intuirse a poco que se respira el ambiente de 'Wakana': "Esto es mágico. Sabemos que Cádiz es playa, con algunas de las mejores del mundo, pero bañarte aquí en un lago… esto tiene a todo el mundo hiperencantado, es como un shock".
Por lo que a ellos respecta, "intentamos que después de cada evento la gente no se pueda mover al día siguiente de lo que ha bailado". Naturaleza viva, elementos visitables que son patrimonio de la humanidad, una agenda de ocio y cultura de primer nivel, rica gastronomía y hospedaje singular y exclusivo. ¿Alguien da más?
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