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Río Ayuda

Berantevilla, Araba/Álava

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Fuerte y veloz, como si de un rayo se tratase. Así fluye, para orgullo de los berantevillanos, el río Ayuda a su paso por Álava. Nacido en los altos Montes de Vitoria, luce elegante hasta desembocar en el Zedorra, un compatriota que a la postre nutrirá al Ebro. Fresco como pocos, es imparable. Piedras y maleza tratan de detenerlo sin éxito. Convencido, atraviesa Berantevilla con decisión. Sin pretenderlo, este río se ha convertido en toda una institución natural dentro de la villa. No es para menos. Basta con verlo rodear el parque fluvial de Linares para entenderlo. Allí, los vecinos pueden sumergirse en sus dulces aguas, repletas de pequeños peces, sin preocupación alguna. Asimismo, se permite el lujo de formar una bella cascada. Un accidente geográfico precioso que deja muy a las claras su poder. Un poder que muere en el Zedorra y que a su vez supone un nuevo inicio de un bucle que, afortunadamente, no tiene fin.

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