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Castillo de Portilla

Berantevilla, Araba/Álava

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Al abrigo del Monte Txulapo, sorteando los numerosos árboles y sobre una rocosa y elevada peña, se levanta, desde el siglo XI, el castillo de Portilla. Gigantesco, aún atesora una grandeza indiscutible. Incomparable y maravilloso, domina un amplio perímetro que supera los 600 metros. Antaño, y según los estudios, su empedrada y tosca muralla alcanzaba los dos metros de altura para maldición de sus invasores que, impotentes, se veían incapaces de superarla. La fortaleza cuidó y protegió a Navarra como la madre más feroz. Sin embargo, los años no han pasado en balde y hace ya varios siglos que se encuentra abandonado. El foso, excavado en el interior de la piedra, y los torreones en forma de círculo se niegan a desaparecer. Han sido importantes y uno nunca está preparado para dejar de serlo. Llegar a él es más que complicado, debido a la posición y el escarpadísimo terreno en el que se encuentra. Un terreno que lo vio nacer y superar, como si del mejor de los guerreros se tratase, todos los ataques para seguir vivo. Hoy, con todo en contra, sigue luchando para ser eterno. 

Localización

Calle Mayor, 4, 01211, Berantevilla, Álava, España