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Bajada de la Bruja

Vidángoz/Bidankoze, Navarra

Un pueblo a oscuras, figuras encapuchadas que lo recorren, teas que comienzan a iluminar suavemente el panorama y, de repente, una gran hoguera alrededor de la que se comienza un frenético baile. Puede parecer un extracto de un cuento de terror, o el argumento de una película de serie B, pero es la escena que podemos encontrarnos hacia la medianoche de un día de finales de agosto en Vidángoz. Aparece un punto en el horizonte. Es Maruxa, la bruja que montada en su escoba atraviesa el pueblo y se pierde en sus calles. Los aprendices de hechiceros van a buscar a su maestra y, tras encontrarla, la escoltan hasta la hoguera, donde prende el cohete que da inicio a las fiestas.
Aunque estas se celebran en honor a San Agustín, el 28 de agosto, la fecha en que Maruxa se deja ver es variable, en función del día de la semana en que caiga ese día. Lo que no varía es la diversión y la tradición del baile de la bruja, inmediatamente después del chupinazo, con el que los mozos homenajean a la sorgina.
 

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