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O Rosal

Dónde el Atlántico recibe al río Miño

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Entre un océano y un río, tierras fértiles que producen uno de los vinos gallegos más afamados, O Rosal,  el lugar en el que el Atlántico recibe al Miño, el río que separa y une el municipio con Portugal. Pueblo eminentemente agrícola y ganadero, con grandes extensiones de viñas, el paisaje de O Rosal invita a la ensoñación, con ese aire misterioso que la bruma y la vegetación exuberante le otorgan a su valle. El último tramo del río Miño, entre pinos y viñedos, nos conduce al mirador de el “niño do corvo” (nido del cuervo), desde el que podrá contemplar como el Atlántico recibe al Miño. Se sorprenderá con los molinos que parecen colgados de la montaña haciendo escalones. Hasta 57 podrá encontrar en los conocidos como molinos de El Folón y El Picón. Sus más de 50 cruceiros nos conducen por caminos tranquilos y acogedores por donde es una delicia pasear. En el casco de O Rosal no deje de visitar su Ayuntamiento, situado en un antiguo pazo del siglo XVIII y la bonita iglesia neoclásica de Santa Marina. En sus cuatro kilómetros de costa bañada por el Atlántico hay hermosas playas como las de Eiras, Tabagón y San Miguel, o la playa de río Tamuxe situada en una zona natural protegida. Si se encuentra en O Rosal a mediados del mes de julio tendrá la ocasión de conocer sus afamados caldos en la Feria del Vino de la localidad.

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