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Ermita de San Pedro Sacama

Olesa de Montserrat, Barcelona

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El aire trae los ecos, conservados en la memoria de las piedras, de las campanas de una pequeña capilla que llama al rezo y a la defensa, a los soldados del castillo de Sacama, pequeño como su capilla, situado en el alto de un cerro para controlar el camino de Olesa a Vacarisas y a Tarrasa. Un eco que cada vez se va haciendo más débil, se difumina. Las continuas batallas, y el desgaste inexorable del tiempo, van destruyendo la muralla, la torre, el patio de armas, la herrería… Entre las rocas, protegida, solo ha quedado, muy maltrecha, la pequeña ermita de San Pedro (siglos X-XI), la que un día fue la capilla del castillo de Sacama de cuyo recuerdo solo quedan, esparcidas, unas pocas piedras.

Sus muros exteriores se estremecen aún al recordar sus hermosos retablos del interior, primero barroco, más tarde gótico y ambos quemados en la contienda civil española. Solo su ábside, muy bien conservado, evoca su pasado de antigua capilla románica construida sobre los restos de un oratorio visigodo. Centre su atención en la ventana central del ábside donde, a ambos lados, podrá ver fragmentos de pintura mural románica.

Tanto en la ermita como en el exterior se han realizado diversas excavaciones arqueológicas, que han dado como resultado el descubrimiento de un yacimiento íbero del siglo II a.C., y una necrópolis medieval.