{{title}}
{{buttonText}}

Iglesia de San Quirze de Pedret

Berga, Barcelona

Compartir

A pie, en bici o a caballo, partimos del casco urbano por un estrecho camino que bordea el río Llobregat. A pocos kilómetros, un puente gótico, con forma de lomo de asno y construido con piedra irregular y sin pulir, nos invita a cruzar el río y sumergirnos en un encantador entorno donde se respira un aire medieval. Tras el puente, la humilde iglesia de Sant Quirze de Pedret, levantada sobre una ladera que ha condicionado claramente su fisonomía, nos desvela una historia donde el paso de los años y su colección de pinturas murales le han otorgado un gran reconocimiento en Cataluña. 
Este modesto oratorio prerrománico de una sola nave del siglo IX se vio acompañado de dos nuevas estancias laterales a finales del siglo X. A principios del XIII, un modesto campanario se unió al templo y se construyó una nueva puerta de ingreso protegida por un breve porche, ya que la anterior, situada en el muro trasero, quedó tapiada.

Su austero exterior, que solo refleja la antigüedad del templo, destaca por la decoración de su entrada principal, la cual está escoltada por cuatro columnas en forma de antorcha que sostienen dos arcos de medio punto con poco 'maquillaje'. Esta sencillez decorativa se olvida una vez que entramos en su interior. Las naves, a diferentes alturas debido a la fisonomía de la ladera, nos presentan un gran número de pinturas murales, donde destacan las obras prerrománicas que se muestran en su ábside central. A la izquierda, una cruz radial protege en su interior la figura de un noble caballero con lanza. Mientras que el lado derecho del ábside nos muestra a un orante con brazos en cruz y un pavo real.
 

Localización

Berga