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En la pequeña parroquia de Cereceda (concejo asturiano de Piloña) son apenas unos 200 vecinos. Viven rodeados de verdes prados que se extienden por las faldas de la sierra del Sueve, allí donde habitan los ponis asturcones entre bosques de hayedos, robles y pomaradas. En este entorno se erigió a finales del siglo XVI el Palacio de Rubianes, que acoge desde el año 2020 el hotel y restaurante 'Narbasu' (Recomendado Guía Repsol) de la mano de los hermanos Esther, Nacho y Sandra Manzano. Un refugio de desconexión y disfrute donde huéspedes y comensales se sienten parte de la familia trisoleada.
El hotel-restaurante 'Narbasu' preside una extensa finca de 20 hectáreas (fue campo de golf), donde han rehabilitado un antiguo molino donde se vuelve a moler maíz, un hórreo y una pequeña ermita. Del palacio original, que fue propiedad del Marqués de Vista Alegre, se conserva solo el torreón interior junto a la escalera que da acceso a las habitaciones. A lo largo de los siglos, hasta finales del XX, ha tenido sucesivas reformas, incluso ya era hotel cuando lo adquirió la familia Manzano a comienzos de esta década. Ellos decidieron rebautizarlo, junto al restaurante, como narbasu, que es como se conoce en Asturias al tallo de maíz cuando está desgranado y seco. Durante la temporada de julio y agosto abre todos los días, mientras que el resto del año lo hace de jueves a domingo.
“Al comienzo el restaurante era para los huéspedes y bodas -aún seguimos celebrando muchas-, pero en 2023 nos animamos a abrirlo a todo el público. Estamos a escasos 20 minutos de 'Casa Marcial' (3 Soles, Arriondas) y este es otro rincón hogareño donde conservamos las raíces de la cocina tradicional asturiana y los clásicos que han marcado nuestros más de 30 años de historia”, explica Esther Manzano, la responsable del día a día en 'Narbasu' y corresponsable, junto a su hermano Nacho, del éxito gastronómico de la casa matriz.
En la carta y los dos menús degustación (Narbasu y Tradicional) no pueden faltar esas elaboraciones heredadas del recetario de la abuela Gloria y la matriarca Olga como los tortos de maíz fritos, “que siempre se hacían en casa, pero no eran habituales en los restaurantes. En la nuestra los preparamos con un agujero en el centro, para que la masa no chupe tanto aceite. Mi hermano los puso de moda a finales de los noventa y, desde entonces, son casi un sello de identidad, coronados con un revuelto de huevo, cebolla caramelizada y queso de Cabrales”. Miles habrá amasado, dado forma y frito en aceite bien caliente la chef, “casi tantos como croquetas de jamón”, una de las más laureadas del país. Entre los clásicos, no puede faltar la fabada asturiana, que se arranca cada mañana a fuego lento, o el arroz con leche, con su costrita de caramelo encima.
Tampoco suelen salir de carta tres principales que son puro bocado de territorio. El pollo de corral pitu de caleya con arroz bomba del Delta del Ebro, que ya guisaba la madre Olga cuando ‘Casa Marcial’ era todavía un bar-tienda, con su cebolla, pimiento verde, ajos, perejil, vino blanco y brandy. La merluza a baja temperatura, “que, como casi todo el pescado, nos trae mi marido de las rulas de Cudilleros y Tazones”, y que se acompañade licuado de lechuga y salsa holandesa. O el cabritín de Ponga al estilo de los pastores, con patatas y setas, al que siempre le hará su mejor compañía un buen trozo de pan de masa madre para mojar y rebañar.
Además de restaurante, 'Narbasu' es también hotel. Con 23 habitaciones, distribuidas entre las categorías de estándar, especiales y junior suite, en ellas se imponen la piedra vista, la madera y los tonos crema, igual que en los espacios comunes. Algunas estancias disponen de unas vistas privilegiadas a los Picos de Europa, como ocurre en la terraza de la segunda planta. El establecimiento cuenta con un amplio salón de lectura y juegos, con una chimenea que hará muy confortables las tardes y noches de otoño e invierno.
En el comedor del restaurante se ofrecen los desayunos, con repostería artesanal, embutidos y quesos de la zona, mantequilla de La Fontana (Cudilleros), yogur natural de vaca de Finca Los Caserinos (Maoxu) y mermeladas caseras El Malaín (Villaviciosa). Nuestra recomendación es que en, en las mañanas más calurosas, se arranque el día desayunando en la terraza que hay bajo el hórreo restaurado con esas vistas que epatan.
NARBASU - Palacio de Rubianes. Cereceda (Asturias). Tel: 985 707 612
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