Alberto Férnandez, imaginando qué dirá tu cuñado cuando pruebe 'Le Rose'

Que reine el buen vino en la mesa

Vinos conciliadores para seducir a todos los públicos

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Actualizado: 20/12/2017

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Proponemos una selección en la que 'winelovers' irredentos y bebedores sin criterio se pondrán de acuerdo con una copa en la mano, ocho vinos relativamente fáciles de encontrar que harán las delicias de ese cuñado sumiller tan sabihondo o del suegro con boina que solo bebe tetrabrik, y sin carbonizar la visa.

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Uno de los recursos más socorridos que tenemos los periodistas cuando no sabemos cómo empezar un artículo es tirar de las definiciones del Diccionario de la Real Academia de la lengua. Si se me permite la licencia, diré que la Biblia del castellano define empatía como la "capacidad de identificarse con alguien y compartir sus sentimientos", una definición que debería guiarnos a la hora de elegir un vino para cualquier celebración. Con el que todos se puedan sentir identificados y al que nadie le ponga peros. Con esta selección, te harán la ola.

Pago El Espino 2014

A simple vista, la mezcla de varietales de Pago El Espino parece anunciar otro de esos vinos absurdos de los 90: Petit verdot, siyrah y tempranillo. Una variedad de Burdeos, otra del Ródano y una peninsular. Para completar la ecuación del absurdo, los viñedos están plantados en Ronda, en el corazón de Malaga. Tranquilos, todas los ideas apocalípticas y preconcebidas sobre los tintos andaluces de variedades foráneas desaparecen en cuanto el vino está en la copa. Es equilibrado, sorprendentemente fresco en nariz, sin rastro de los aromas a fruta sobre madurada tan característicos de latitudes cálidas y con un fantástico trabajo de madera que se traduce en una enorme facilidad de trago. La botella se acaba casi sin darse cuenta. Si tiene un poco más de presupuesto hágase con unas botellas de sus hermanos mayores, Tadeo y Pinot Noir, dos joyas que han colocado a esta pequeña bodega de la Serranía de Ronda en el mapa de los mejores tintos españoles.

Equilibrado y sorprendentemente fresco en nariz.

Predicador 2015

Benjamín Romeo es uno de los nombres imprescindibles para entender la revolución del vino español en las últimas décadas, de los pocos bodegueros españoles que lucen en sus cachas los deseados 100 puntos Parker durante dos añadas consecutivas (2004 y 2005) con su vino de culto Contador, pero de eso hablaremos dentro de unos días si nos toca la lotería. Hoy toca hablar de su hermano pequeño. Desde la etiqueta, inspirada en el personaje de Clint Eastwood en El Jinete Pálido, hasta el estilo, Predicador es la respuesta a algunos comentarios que decían que Benjamín Romeo solo sabía hacer vinos buenos pero muy caros, solo para millonarios. Predicador es el Rioja de las masas ilustradas: está bien hecho, tiene terroir y no hace falta guardarlo 20 años para disfrutarlo. Ofrece mucho por muy poco. Las piezas de caza y las proteínas terrestres son su hábitat.

Predicador es el Rioja de las masas ilustradas.

Chivite 125 Colección 125 Chardonnay 2014

No es fácil encontrar bodegas que, además de elaborar millones de botellas de vino de supermercado, sean, a la vez, capaces de alumbrar vinos con alma. Chivite 125 es el mejor chardonnay de España, una variedad que con demasiada frecuencia fuera de Borgoña y Champagne produce vinos aburridos, pesados y con exceso de madera. Si eres amigo de los blancos ligeros al estilo chacolí este vino no es para ti. Es corpulento, potente y a veces exuberante en su demostración de fuerza. En cristiano, es un blanco para comer, capaz de acompañarle durante casi todo el banquete, y se expresa a la perfección en compañía de aves nobles al horno. Si eres de cochinillo o cordero en Navidad sigue leyendo y elige otro vino. Para todo lo demás, ya sabes, Chardonnay de Chivite.

Chivite 125, probablemente el mejor chardonnay de España.

Valdesil Godello

Valdeorras es el tesoro oculto del viñedo español, reivindicado en los últimos años por prensa y aficionados cualificados, es (todavía) una zona desconocida para el gran público, aunque apellidos ilustres como Valdesil llevan tiempo tomando posiciones. Viñas viejas de godello que crecen rodeadas de bosques con el rio Sil al fondo. 'Bodegas Valdesil' posee algunos de los viñedos más viejos de España. Su blanco más proletario, elaborado con la mezcla de varios viñedos, es el vino perfecto para iniciarse en los misterios de una variedad elegante y sutil como la godello. Al oler el vino penetra versátil y perfumado, el mar es su territorio en la mesa, aunque se enfrenta con entereza a chacinas y conservas.

Reportaje Así huele el vino un perfumista Cómo oler el vino según Ramón Monegal ('Casa Myrurgia')

Versátil y perfumado, el mar es su territorio en la mesa.

Pazo Señorans

Si yo fuera Germán Coppini diría que corren malos tiempos para la lírica en Rías Baixas. Elaboraciones masivas, industrialización y pérdida de identidad son algunos de los males que aquejan a los vinos de esta denominación de origen gallega, siguiendo el camino transitado hace no tanto tiempo por zonas como Rueda. Simplificando, morir de éxito. Pazo Señorans es otra cosa, es la resistencia a ese modelo. Representa la pureza de la variedad albariño y su capacidad para expresar el paisaje en la copa. Complejo en nariz y con una restallante acidez, busca, si puedes, botellas con algunos años. Debería figurar por derecho propio en la bodega de cualquier ictiófago con pedigrí: ha nacido para vivir rodeado de percebes, centollas y pescados salvajes.

Complejo en nariz y con una restallante acidez.

Roda I Reserva 2010

Recién cumplidos los 25 años, 'Bodegas Roda' se ha convertido, en tan corto espacio de tiempo, en un clásico de nuevo cuño, con un pie en la tradición y otro en la modernidad. Esa doble militancia se transmite a sus vinos sin contradicciones. Suelen lucir en nariz los tonos propios de la evolución en botella, pero a la vez son frescos y amables, con esa acidez característica de los grandes tintos riojanos de toda la vida y una cierta golosura frutal que entronca con las elaboraciones más modernas. Este Roda I 2010 conserva todavía unos taninos nobles que le garantizan una notable capacidad de envejecimiento en botella y parecen hechos a la medida para enfrentarse a asados moderadamente grasientos (cordero al horno, pularda...).

Un vino perfecto para asados.

Ultreia 2014

Podría hacerse una guía solo con los vinos que elabora Raúl Pérez. Son, literalmente, cientos, pero lo más sorprendente es que están todos buenos. Solo bajo el paraguas de Ultreia elabora nada menos que nueve, incluido uno en Sudáfrica y otro en el Douro, con Dirk Niepoort. Todos grandes. El que nos interesa para quedar bien sin gastar mucho dinero es Ultreia a secas, un vino que resume lo mejor de la Mencía del Bierzo, una zona y una variedad fetiche que se han convertido en objeto de deseo de winegeeks internacionales gracias a sus tintos ligeros, complejos y perfumados. Elegancia, finura y esa suave rusticidad que le aporta el trabajo con raspón son la marca de la casa, el estilo "Pérez". Curiosamente, esa acidez tan característica de los tintos de esta zona hace que le guste incluso a los amantes de los grandes reservas riojanos cuando lo catan a ciegas. Ya sabes, los prejuicios. Los platos con grasa y los embutidos son sus amigos.

Le Rose y Ultreia, dos vinos que no pueden faltar en una buena mesa

Le Rose 2015

El mejor rosado de España es un clarete. Ya está, lo he dicho. Décadas de elaboraciones facilitas y poco ambiciosas han colocado estos vinos en la diana de los amantes de los vinos. Revisa una guía de vino al azar, te costará encontrar un rosado en la parte alta de la tabla. Le Rosé es otra cosa, recupera el estilo de los históricos claretes castellanos, desaparecidos con el advenimiento de la Denominación de Origen Ribera del Duero. A diferencia de (casi) todos los rosados españoles, nace con ambición de grandeza. Con uvas de calidad de variedades tintas (tinto fino y garnacha) y blancas (albillo) de viñedos de entre 80 y 100 años de edad a 1.000 metros sobre el nivel del mar. El responsable de esta joya es Bertrand Sourdais, un francés del Loira con las cosas claras. En la mesa es versátil como pocos, podemos emplearlo como un blanco o como un tinto y hacer toda la comida con él. No es barato, pero merece la pena.