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Rezar con las monjas de la Cartuja de Jerez

Jerez de la Frontera, Cádiz

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La Cartuja de Santa María de la Defensión, a las afueras de Jerez, es una de esas joyas que la ciudad guarda con tanto recelo, y de ahí que merezca aún más la pena acercarse a ella. Muchos expertos no dudan en calificarla como el monumento más importante de la provincia de Cádiz. La mayoría de los que visitan este lugar se conforman con el patio o su imponente doble portada, ya que al ser un convento de monjas de clausura la puerta de la iglesia cartujana siempre está cerrada.

Pero hay una manera de traspasar el muro: aprovechar el rezo de Maitines, en el que las monjas de Belén, de la Asunción de la Virgen y San Bruno admiten acompañarse del pueblo. El problema es que habrá que madrugar, ya que exige estar a las 7:15 horas en la puerta de la iglesia para poder verla. El monasterio se fundó en el último tercio del siglo XV, gracias a la donación de la fortuna de un noble, y el expolio tremendo que sufrió el edificio durante la invasión napoleónica. Cuando los monjes huyeron para salvarse hasta Cádiz, las tropas francesas se llevaron los cuadros de Zurbarán, que hoy están en Francia, Estados Unidos y Polonia. Solo queda uno en el cercano Museo de Cádiz, en la plaza de la Mina. Hoy, lo que sí puede apreciarse desde la cancela gigantesca de hierro forjado, que los soldados no pudieron llevarse, es la imponente bóveda gótica en la que quedan los restos de pintura azul simulando un cielo estrellado.

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Cartuja de Santa María de la Defensión