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Alameda

Eterna tierra de fronteras y morada final de 'El Tempranillo'

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Perpetuo cruce de caminos, Alameda ocupa una posición privilegiada en la geografía andaluza. Histórico corredor natural entre la alta y la baja Andalucía desde el Neolítico, acogía tres de las calzadas romanas más importantes y fue tierra de nadie entre la Estepa cristiana y la Antequera árabe. Hoy, su término municipal limita con las provincias de Córdoba y Sevilla. Ello se traduce en una población de buen carácter, arraigada en la tradición y deseosa de compartir su día a día, dedicado especialmente a la agricultura, que mantiene el peso de la economía local. Ahí se enmarca precisamente la gastronomía, donde los productos del campo y la huerta son ingredientes principales de las tradicionales recetas.

Entre las huellas de su pasado destacan las termas romanas y los silos calcolíticos. La Iglesia de Nuestra Señora de la Inmaculada Concepción, construida entre los siglos XVII y XVIII, es su templo más destacado. En su patio se encuentran los restos de uno de los bandoleros más temidos de Sierra Morena: José María 'El Tempranillo', que fue herido de muerte por un ladrón en el cortijo Buenavista, a las afueras de Alameda. Por ello, el pueblo forma parte de la denominada Ruta del Tempranillo que, entre sus paradas, incluye el mirador de La Camorra, a casi 700 metros de altura. Un agradable balcón sobre la comarca desde el que disfrutar de vistas sobre cuatro provincias y un paisaje típicamente andaluz con pueblos blancos, cortijos, aldeas, caminos e infinidad de olivos.

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