{{title}}
{{buttonText}}
1 /

Arévalo

Histórica fortaleza mudéjar

Compartir

La carretera que conduce a Arévalo nos lleva por un mar de campos similares a nuestros ojos hasta donde, en lo que parece el medio de la nada, se erige orgullosa esta ciudad repleta de historia. Su propia ubicación, entre los ríos Arevalillo y Adaja, recuerda su origen medieval y las necesidades defensivas de la época, con su castillo como punta de lanza en la confluencia. La fortaleza, hogar de Isabel la Católica durante parte de su infancia, estuvo unida a una muralla de la que actualmente sólo quedan restos como el Arco de Alcocer, que da acceso al casco histórico de la villa. 

La Plaza del Real, custodiada por el Ayuntamiento, nos sirve de punto de partida para conocer buena parte del rico patrimonio de este conjunto histórico-artístico, que destaca por el gran número de monumentos de estilo mudéjar que acoge, también presente extramuros en la Iglesia parroquial de Santo Domingo de Silos o en la más alejada Ermita de la Lugareja. Rodeando el consistorio, nos encontramos con las iglesias de San Juan y la de San Miguel o las de Santa María la Mayor y San Martín, que forman un recinto monumental en torno a la porticada Plaza de la Villa completado por la Casa de los Sexmos, hoy Museo de Historia de Arévalo. En él podremos obtener una panorámica histórica de una localidad que, hasta la fecha, ha respetado los márgenes de los ríos y da la sensación de que, a pesar del paso del tiempo, sigue contenida.