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Gallegos de Argañán

Huella de numerosas contiendas

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Situado a unos 25 kilómetros de Ciudad Rodrigo, en la comarca del mismo nombre, del pasado remoto de Gallegos son testigos el dolmen de la Torre, el verraco que se conserva en el Museo de Salamanca y la piedra votiva al dios Júpiter recogida en uno de los contrafuertes de la iglesia, de época romana.

La proximidad a la frontera portuguesa y su posición central entre las plazas fuertes de Aldea del Obispo y Ciudad Rodrigo convirtieron los campos de Argañán en escenario de las numerosas campañas bélicas que castigaron a lo largo de los siglos estas tierras. El expolio y asedio sufrido es fácil de imaginar al recorrer el caserío totalmente renovado en su arquitectura y admirar en el muro norte de la iglesia los efectos de los bombardeos tras el asedio de 1647 que acabó con las defensas del pueblo.

La parroquia en honor de Santiago Apóstol fue levantada en el siglo XVI y merece especial mención la bóveda de crucería estrellada de la capilla mayor y el retablo mayor barroco, de madera policromada con bellas imágenes. La ermita del Santo Cristo de la Exaltación, de grandes dimensiones, se materializó entre 1760 y 1770, si bien en 1860 se le añadió un pórtico en el que tres arcos sostienen una bóveda semiesférica.

Interesantes puentes como el del arroyo Gallegos o el de la ribera de Azaba jalonan la salida del pueblo, así como un paisaje de gran belleza en la confluencia del Águeda con la ribera de Azaba.

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